miércoles, 30 de octubre de 2019

Gracias Dios

Gracias Señor por cuidarme cada día en las calles. Gracias Jesús por no descuidarme.

¿Para qué asfaltan tanto, todo lo que pueden?

Asfaltan callejones sin salida en esta ciudad. Calles que solo llevan a las casas de la gente que vive allí. Calles de pocos metros de largo, calles estrechas por donde solamente pasan los carros de la gente que vive ahí. ¡Para qué!

Será que sobra la plata municipal y faltan las ideas vecinales.

Situación límite y que haría yo estando en ella

Con toda claridad digo ahora, como ya antes me dije, que si alguien que maneja cualquier vehículo o alguien que simplemente se mueve por la vía muestra (y entonces, yo siento) que necesita o quiere o pide para él o ella toda la vía, yo se la cedo, en un montón de situaciones variantes de esta situación límite, y creo que en todas las variantes.

sábado, 26 de octubre de 2019

Tres manzanales

¿O es que la palabra es manzanar?

Uno, donde vivo. Son algo más de diez árboles de manzana, más un damasco, un ciruelo (que este año frutece luego de unos años estéril -- hacen cinco años, hubo en Illataco una helada y granizo que mató árboles y a otros les quitó fertilidad) y un membrillo. El vecino me dijo que tienen más de 30 años de edad. Dan una cosecha al año. Pero los terneros que los aparceros amarran bajo la sombra de los manzanos les quitaron muchas hojas y flores a las ramas inferiores. El vecino de abajo tiene otros manzanos, serán otros diez, algunos de los cuales ¡dan dos cosechas al año! Los manzanos de donde vivo y los del vecino están en momento de crecimiento de las manzanitas. La cosecha la recoge ese vecino que hace con ella hace vinagre, en unos tanques grandes.

Otro manzanar, cerca de la escuela de veterinaria de la universidad estatal. Son seis árboles, en un parque público grande, árboles atacados por los vecinos, por el tráfico. Les calculo más de 30 años de edad. Iré a verlos, para contar sobre sus frutas.

El tercer manzanar, media cuadra al sur de la avenida Víctor Ustáriz, en el kilómetro 12 y medio, en la parte trasera de un lote usado para acopiar agregados de construcción. Son unos seis a ocho árboles, de manzanas ricas. El lote, de más de media hectárea, es atacado : en esta época previa al tiempo de lluvia (apenas hubieron unas cuatro lluvias leves en los últimos dos meses, está seco, con la poca hierba sobreviviente llena de bolsas plásticas enredadas en ella. Les calculo igual edad que a los de los otros manzanares. También iré a ver a esos árboles, para completar su retrato.

Inflo, desinflo

Antes de salir hoy de casa, inflé un poco la rueda trasera.

A la rueda delantera, en compensación, tuve que quitarle aire, pues, acercándose la hora de calor y siendo que hoy sería más caliente que ayer (cuando le aumenté un poco de aire), creí haber peligro de que esa goma reviente, si dejaba la bi al sol.

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La fuga pequeña de aire de hoy -- no me queda duda -- pasó al caer al suelo repetidamente luego de saltar las piedras menudas que abundan en los casi tres quilómetros con superficie de tierra y piedra suelta antes de Illataco. La amarilla luz pública nocturna, por su color (que me gusta como atmósfera) y por su inclinación, no ayudan a ver los desniveles en el suelo.

¿Por dónde sale el aire? Supuse yo que por la válvula (con tripa de goma flexible). Rolando rutero me dice que es por los poros de la cámara neumática. Un mecánico bicicletero, no recuerdo cuál, me dijo lo mismo hace un tiempo.

La carga que llevo en la parrilla trasera calculo que pesa algo más de 10 quilos; esto prueba y vence a la válvula o los poros...

Bloqueos en Cochabamba

Bicicletas en las calles urbanizadas del valle de Cochabamba, gente que usa bicicletas en esta semana en que los barrios de la "clase media" mestiza o aspirante a mestiza bloquea sus calles en contra del gobierno de Morales. Pocos motores en movimiento durante algunas horas de los días, lo que me gusta. Pero no me gusta el modo de bloquear, impidiendo el libre movimiento de la gente en bicicletas. Los bloqueadores igualan a ciclistas con motoristas de moto y de carro, al hacernos bajar de nuestro vehículo en cada punto de bloqueo para pasar lentamente.

Tampoco me gusta la clase media bloqueadora ni su reivindicación. Habitualmente son una o más familias que ocupan una esquina o parte de la vía, donde pusieron obstáculos al movimiento : una cinta que cruza de lado a lado, unos pedazos de madera, unas piedras, unas bicicletas de niños, tiradas en el suelo, gomas usadas, o los propios carros de esa gente bloqueadora, sino no es que pusieron ramas que acaban de quitar a los árboles y plantas cercanos. Y la gente misma es el tipo de gente creada por la economía-sociedad vigente. En verdad, si no fuera por el desubicado prejuicio racial antiindio que tienen y por su insuperable desorientación política, esta gente debería apoyar al gobierno de Morales, cuyas políticas en los últimos catorce años (así como las políticas de los gobiernos anteriores) los han creado, sacándolos de las masas de pobres cholos e indígenas, para llevarlos al consumo social, cultural y ecológico de mercado de clase media : educación jerarquizadora, olvido de los restos aun conservados de lengua nativa y uso del castellano, abandono creciente de la reciprocidad, vida urbana, consumo imitador del consumo de la clase media mestiza establecida (por ejemplo, el sueño y el camino hacia el sueño de la casa particular, el uso del ladrillo en lugar del adobe, uso creciente de electricidad, uso de carro a motor o motocicleta, abandono de la manufacción personal o familiar de la ropa y cosas parecidas).

No apoyo al gobierno de Morales, no estoy de acuerdo con su política. Hace unos años fui apresado dos veces, por unas horas, y fui procesado judicialmente, por mi oposición activa a la política antiindígena y antinaturaleza de este gobierno. Pero menos me gusta la gente del otro lado. Ayer, mientras esperaba que doña Matiasa preparara mis salchipapas, en el mercado Calatayud, oí a una muchacha que esperaba lo mismo, contar que su padre pagó a no sé quiénes cien bolivianos por cabeza a la mostración de una fotografía de la papeleta en la que habían votado por un partido de la oposición. La muchacha dijo que ella no votó. Yo, hace años que no voto. Del lado del gobierno, sé de prácticas igualmente rechazables, como la movilización pagada de masas de gente desde el campo para defender al gobierno en las ciudades. Y esa gente campesina o popular llevada y traída es parte de los sectores ("colonizadores" cocaleros del Chapare, gremiales comerciantes, mineros cooperativistas, regantes en Cochabamba), cuyos dirigentes y algunas capas de su masa han sido beneficiados en los últimos años con políticas específicamente dirigidas a su integración más intensa en los mercados. Los pasados catorce años de gobierno significaron ataques del estado y el capital, mucho más vigorosos que los de los años anteriores para destruir a las sociedades y las culturas bolivianas, para desperdigar a los bolivianos, deshaciendo a sus familias, haciéndolos dependientes del mercado, aislándolos. El gobierno masista ha podido hacer esto con eficacia porque, siendo "popular" e "indígena", tenía cercanía a las dirigencias de los sectores sociales y étnicos contra cuyos intereses conspiró (desde dentro y con know how sindical), en favor del capital mundial. Así, pudo desorganizar a los pueblos indígenas bolivianos, comprar a sus dirigentes, y derrotarlos.

En fin, yo rechazo al gobierno, pero también rechazo a la oposición, que me parece falsamente opositora. Morales gobierna básicamente para los grandes terratenientes cruceños, aliados a los bancos, y a través de éstos, del capital brasileño, que es parte activa del capital mundial. Son exactamente esos los patrones de los supuestos opositores políticos. Así que esta es una farsa. La probable permanencia de Morales en el gobierno ¿qué implicaciones tendrá para una (ojalá) desaceleración de la destrucción de sociedad y naturaleza en Bolivia?

Cuatro días después. La táctica de la oposición es enfrentarse como ciudadanos organizados contra otros ciudadanos organizados... exactamente la misma táctica que el gobierno del MAS usa desde hace más de una década.

Drena el resto de la khocha del valle

Avenida V.U., casi km. 11, chorro grueso de agua que sale de lote situado en el lado norte, hoy, hace minutos.

También corre agua, poca, de una propiedad en otra avenida, la que sale de Cotapachi, media cuadra antes de llegar a la av. V.U. El mes pasado salía más agua de ahí.

viernes, 18 de octubre de 2019

Más árboles derribados

Hace más o menos un mes, cuatro o más árboles fueron talados en Florida Sur. El lugar : desde el letrero "Eros" (es un motel, parece) en la avenida Blanco Galindo, entre el kilómetro 6 y el 6 y 1/2, se entra dos cuadras al sur y media cuadra al este. Pueden haber sido hasta seis árboles. Eucaliptos, molles. De entre 20 y 40 años, calculo, por el tamaño de los tocones, que allí quedan, arrancados, amontonados, listos para ser llevados adonde nadie recuerde que una vez fueron árboles. La amplia vereda en la distancia de media cuadra donde estuvieron plantados está nivelada, la memoria fue arrancada y aniquilada. No más. Tabula rasa. Así pasa en este valle de Cochabamba, en muchos barrios; y son los vecinos los dañinos. El conjunto de los vecinos está librado a la influencia, el poder de los vecinos fuertes, poderosos, platudos, que en el caso del barrio este, pueden ser empresas. Una pareja de enamorados de unos 20 años de edad cada uno, fue la que me contó la cosa hoy en la noche. Estaban ahí, charlando; y compartieron conmigo la amargura, la impotencia. "No sabemos : hasta puede que un árbol sea más que cualquiera de nosotros, gente, si es que hubiera que medirnos, pero no se trata de eso...", eso llegamos a decir entre ellos y yo.

Ver http://cuadernociclista.blogspot.com/2019/05/arboles-atacados-recientemente.html, http://cuadernociclista.blogspot.com/2019/08/arboles-recientes.html

sábado, 12 de octubre de 2019

Cruzo la carretera

Cruzo a pie la avenida Blanco Galindo poco antes del mercado de Colcapirwa. Es medianoche. Llego a la jardinera del medio. Veo que no viene carro. No es el mejor lugar para cruzar, porque la rotonda a una cuadra de aquí no deja ver con suficiente anticipación la llegada de los carros. Como qué, se viene uno que no me deja tiempo para subir a la bicicleta, y tengo que seguir a pie, hasta bajar a la calle intersectora, donde recién monto. Busco el camino viejo a Quillacollo, casi vacío a esta hora, con una luz pública que me gusta : es parte de mi casa, es mi comodidad, es la antesala, el umbral de mi casa.

viernes, 11 de octubre de 2019

Huellas en el pavimento

Entre el templo de San Gerardo, cerca de la esquina noroeste de la laguna de Coñacoña y la capilla del Carmen, en Capacachi, la vía, pavimentada harán unos cuatro años, y que continua hacia el oeste la avenida d'Orbigni, tiene en muchos trechos huellas en bajo relieve : de pies descalzos, de zapatos, de pezuñas de perros. Me gusta verlas. Antes de que el cemento cuajara, vecinos, hombres y animales pusieron sus marcas al cemento.

El sabor del molle

Los molles echan renuevos, que son ramitas tiernas, muy delicadas, esbeltas, flexibles, y de un color verde claro que a mí me gusta, que se acerca al verde lechuga pero que de algún modo es más serio, color verde claro de hoja nueva de molle, pues. -- Arranca uno o dos centímetros del extremo del renuevo, ponlos en tu boca, siente el sabor, masca, muy lentamente, traga... es el sabor del molle. Amargo, ácido, a quemado, pero qué fresco.

Motorista pesado

Una movilidad muy ancha y maciza pasa cerca de mí cuando yo iba caminando por la calle Uruguay esquina Lanza, a las 6 de la tarde, hoy. La placa es 2693 RPA. Toco suavemente la lata blanca y le digo al motorista que no debe pasar tan cerca de alguien que camina. Se baja. Es un hombre de mi edad o unos cinco años menor, debe ser de mi estatura o algo más (soy mediano), pero pesa al menos 130 kg, es una masa el hombre. Me dice: "¿Qué cosa has dicho?" y con la mano derecha abierta me pega en la mejilla izquierda : es una mano maciza, grande. No me da muy fuerte. Gritan en mi defensa al menos dos mujeres vendedoras de flores, insultándolo una de ellas con la palabra "chancho". Mientras sube a su tinglado con motor, le digo que le había dicho que no debe pasar tan cerca de alguien que camina. Y le meto el puño diestro, que le llega al antebrazo que sostiene el volante del motor. No se baja de nuevo (por suerte).

jueves, 10 de octubre de 2019

Tintín

Subiendo de noche a Illataco, por la calle de los álamos, unas cuadras antes de la fila larga de esos árboles que hay a un costado del camino, oigo el tintín de un fierro, pienso que no me compete, que pudo ser un pedazo de lata maciza, pero recapacito y digo que debe ser la plancha que ataja el pasador que agarra la parrilla a la horquilla trasera de la bicicleta. Paro, parqueo la bi contra el borde de cemento de la acequia revestida. Vuelvo caminando -- hay luz, es amarilla, suficiente -- y a los pocos pasos hallo no solo la plancha sino también la tuerca. Agradezco a arriba. Recoloco las piezas, apretándolas con los dedos.

Llegado que hube a casa, metí dos volandas, una ancha y otra de presión entre plancha y tuerca, que apreté con una llave de once milímetros.

Agua y asfalto, agua y piedra en los caminos

El agua que algunas vendedoras de mercados de esta ciudad echan al suelo asfaltado, más pesada que el aceitoso asfalto, entra, lo agrieta y corroe. También el pavimento, si está previamente agrietado, sufre con el agua. Y en las superficies de tierra de los caminos del valle todavía vestigialmente rural, las organizaciones de vecinos, algunos de los cuales usan motores para moverse y mover sus mercancias, vierten toneladas de piedra de tamaño irregular, para contrarrestar el efecto embarrador que en la tierra de esos caminos tiene el agua de las lluvias que vendrán. El agua es fuerte y dura, es pesada y cortante. Basta ver lo que hace cuando cae, por más que lo haga de gota en gota, sobre la piedra.

Parecidos

Las copas (o algunas de sus partes) de algunos árboles, su altura y profundidad.

Se me ocurre que la copa del molle se parece a un chilche o llovizna. La copa del sauce se parece a una lluvia con goterones. La del pino a una lluvia torrente. La copa del jacarandá, a nieve que cae en copos suaves. La de la grevilla robusta, a copos grandes de nieve cayendo. La copa del paraíso, con sus frutos pepas, se me hace parecida a granizo. Una palmera parece un surtidor, otra, un abanico (pero los símiles iban con formas del agua que se precipita; al meter abanico, te sales de la norma). ¿A qué se parece la copa del eucalipto? ¿La del toborochi, la del fresno, la del ceibo?

Versiones

Será hasta que aprendas [a manejar bicicleta = ceder el paso a los motores, se supone].
¿Cuándo aprenderás? [ídem]
¡Aprende, pues!
Tienes que aprender.

Son cuatro versiones de lo que me dijo la mujer de mi edad o algo más, sacando la cabeza por la ventanilla derecha de la vagoneta, cuando esta me sobrepasó arriba del puente vehicular elevado Cobija, hoy. Pero el conductor, cuya cara no vi, me había esperado con tranquilidad hasta que hubo campo para que me adelante. La mujer estaba algo irritada de entrada, previamente, pienso.

miércoles, 9 de octubre de 2019

Indígenas denuncian a Evo ante la ONU por incendios forestales, extractivismo y la no consulta

https://www.lostiempos.com/actualidad/pais/20191008/indigenas-denuncian-evo-onu-incendios-forestales-extractivismo-no-consulta?fbclid=IwAR2rLlr1va1hCi1WYuAqu3xdMFmlC3r70FjOJQqepjuzjItUNJ7ZsIZk-NE

Indígenas denuncian a Evo ante la ONU por incendios forestales, extractivismo y la no consulta

País

[Pie de foto] Ruth Alípaz Cuqui, vocera de la delegación de la sociedad boliviana ante la ONU. | ADHMA

ANF

Publicado el 08/10/2019

LA PAZ

La sociedad civil boliviana que integra a pueblos indígenas e instituciones defensores de Derechos Humanos de Bolivia, denunció este martes ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) al Gobierno de Evo Morales, por llevar adelante un modelo del agronegocio y ganadería que provocó este año la deforestación e incendios forestales sobre más de 5 millones de hectáreas de bosques en la Amazonía, promover actividades extractivistas en Áreas Protegidas (AP) e incumplir con la consulta previa, libre a informada a indígenas en ocho casos emblemáticos.

La líder indígena de la comunidad amazónica de San José de Uchupiamonas, Ruth Alipaz Cuqui, fue la encargada de dar lectura al informe elaborado por la Alianza por los Derechos Humanos y el Medio Ambiente, coalición de 50 organizaciones defensoras y la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas, Originarios Campesinas y Áreas Protegidas de Bolivia (Contiocap) en audiencia instalada en el Palacio de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza.

"Como mujer indígena, tengo la responsabilidad de hacerles conocer que las políticas económicas para promover el agronegocio y ganadería, están ocasionando la deforestación e incendio de más de 5 millones de hectáreas de bosques de la Amazonía boliviana", empezó su alocución Alípaz, en la audiencia especial para la sociedad civil de los Estados miembros, que se constituye en la pre-evaluación de Bolivia a un mes de su Examen Periódico Universidad (EPU) ante la ONU.

Con el respaldo del informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que contempla de manera categórica denuncias de violación de los derechos de los pueblos indígenas y del medioambiente, la indígena dijo que el Estado boliviano logró importantes avances en el reconocimiento constitucional de los derechos al medio ambiente saludable y el respeto de los derechos de los pueblos indígenas, pero que la realidad contradice la norma.

"Recientemente, se ha ratificado mediante ley 1182 del 3 junio de 2019 el Acuerdo de Escazú, sin embargo en la actualidad, 28 millones de hectáreas, que representa el 25% del territorio de mi país, han sido reservadas para exploración y explotación hidrocarburífera. Esto compromete al 38% de los territorios indígenas titulados, poniendo en riesgo de exterminio a nuestros pueblos", aseguró.

La gravedad de la situación -alertó Alípaz- no guarda relación con las recomendaciones que Bolivia ha recibido en los dos anteriores ciclos de evaluación. "De 315 recomendaciones, solamente cuatro se refieren a medio ambiente, tres al agua y tres a consulta previa a pueblos indígenas", dijo en alusión al EPU al que se sometió el Estado boliviano el 2014.

"Necesitamos de su apoyo para mejorar esta situación y no sea invisibilizada por nuestro Estado; especialmente en la comunidad internacional. Para ello aportamos la siguiente evidencia de incumplimiento de las obligaciones internacionales, en base a 23 casos emblemáticos entre los que destacamos Tipnis, El Chepete-Bala, Rositas, Tariquía y ahora Chiquitanía", sostuvo.

Con voz firme dijo que las disposiciones constitucionales de protección y conservación del medio ambiente son incumplidas por normas que promueven actividades extractivas como la Ley minera 535 de 2014 y el decreto supremo 2366 de 2015, que permite realizar actividades hidrocarburíferas dentro de las áreas protegidas y los territorios indígenas.

En ocho casos emblemáticos dijo que se viola el derecho a la consulta previa para actividades hidrocarburíferas, minería y construcción de infraestructuras.

"A pesar de que existe la normativa para la protección de los pueblos en aislamiento voluntario, las actividades extractivas están invadiendo los territorios en los que habitan poniendo en alto riesgo su existencia", aseguró en el foro internacional.

En cuanto a los defensores de derechos humanos reiteró la denuncia de 2014, que la Ley 351 ha deteriorado las condiciones para desarrollen su labor, en especial de las mujeres defensoras.

"Es censurable que la mayoría de estos ataques provengan de las más altas autoridades, como el caso del Ministro del Interior a las defensoras Paola Gareca y Ruth Alipaz Cuqui", dijo en referencia a su experiencia y de otra líder de la reserva Tariquía.

Alípaz solicitó a los Estados miembros de la ONU considerar algunas recomendaciones para Bolivia como la implementación del acuerdo de Escazú, la derogación de la ley 535 y los decretos supremos 2366 y 2992, por ser contrarios a este derecho.

También solicitó impulsar estudios que determinen el efecto de la contaminación minera por metales pesados y mercurio en la salud de las personas y pueblos expuestos, ajustar el marco jurídico sectorial minero e hidrocarburífero acorde al convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, así como la derogación de la Ley 979 que permite la construcción de una carretera por el Tipnis.

La indígena dijo que es necesario adecuar la Ley 450, implementando la intangibilidad de los territorios y la prohibición de actividades extractivas, por el alto riesgo de etnocidio de pueblos indígenas, además de establecer protocolos urgentes en caso de avistamientos o contactos accidentales.

Para el derecho a defender los derechos humanos recomendó dejar sin efecto la Ley 351 y su Decreto Reglamentario para alentar el derecho a defender derechos humanos y la naturaleza.

domingo, 6 de octubre de 2019

El ciclista (5)

Mi hijo Ernesto me anunció que, yendo en bicicleta ambos, él me dejaría atrás. Esto fue cuando su cabeza todavía no llegaba a la altura de mi hombro. Ahora que me pasa en altura con una cabeza, hacen años ya que, en bicicletas, me deja atrás, especialmente de subida. Y es corredor de bicicleta.

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Para pensar en Ernesto, quiero poner estos nombres de lugares : Esquilán, Cota, Caraza ; Sacaba, Wakanki, Colomi ; Suticollo, Parotani, Capinota ; La Angostura, Paracaya, y el cerro Tuti, arriba del cerro. Son lugares de estos valles de Cochabamba por donde, corriendo sobre una y otra de sus bicis, él ha pasado.

Para sentir a Ernesto, quiero recordarlo yendo ambos en bicicleta, subiendo a Tiquipaya, y él que me sorprende masajeándome la espalda, así, en marcha, desde un poco atrás y a un costado de mí, y sin una palabra. Fue dos cuadras antes de llegar a la plaza de Calacala, hacen diez años. Era de noche.

Chhitaqoy wawa

Hay un conejo wawa en el patio de la casa donde vivo. Como su mamá coneja, en las mañanas sale del alto pasto seco donde vive, al centro del patio, a mordisquear raíces de pasto retoñante. Espero que de ella aprenda a cuidarse, porque en estos días el gato negro me visita más seguido. Chhitaqoy se llama la especie, y parece que es la misma del cuy, pero silvestre. Qué lindos son. El color de su pelaje es uniforme, no manchado como la mayoría de los cuyes que conozco.

Dos días después, en la mañana, oí un revuelo ahí, bajo el pasto seco, y salió a escape la wawa, cruzando el centro del patio, que es despejado, hacia el otro lado del patio, donde vuelve a haber hierba alta. ¿Corrido por la madre, o es que hay otro conejo wawa que fue quien lo corrió?

Pasada una semana de la última anotación. ¡Son cinco conejos, tres grandes y dos pequeños! Son tan bonitas las wawas. Me dejan mirarlos de lejos, si no me muevo. Ya no me tienen tanto miedo. O es que son nomás un poco descuidados.

Llovió

Llovió hoy en el valle por tercera vez en las últimas 2 semanas. Ligero. Rico. Qué bien.

sábado, 5 de octubre de 2019

Cerca de Matenda

Me rozó la rama seca de un arbusto, apenas.

Desmonté de la bici. Caminé al lado de dos máquinas grandes que ensanchaban la calle M. E. Matenda (¿es llamada también calle San Isidro?) (entre la avenida Blanco Galindo y el punto o lugar llamado Matenda), en el cruce con Lorocalle, la una niveladora y una volqueta. La máquina pala cargadora, más allá, quieta.

La sonrisa desdentada de una mujer vieja, muy arrugada y quemada su piel por el sol. Ella apoyaba el tronco en el paso (sobre el canal de riego) hacia su casa; y ambos codos sobre el cemento. Miraba la calle donde las máquinas trabajaban.

viernes, 4 de octubre de 2019

Lila el color de las flores del árbol

Y el suelo debajo de ese árbol, color lila entremezclado con los verdes de pasto que retoña. Visto de cerca es lindo, son lindos el jacarandá y el suelo, lilas. Está muy cerca de donde vivo. Lo veo a diario. Es grande el árbol.

La rueda trasera

Tengo la rueda trasera deformada. Debo hacerla redondear. Me haré tiempo para eso en la próxima semana.