miércoles, 28 de abril de 2021

Torcido sobre la montura y avergonzado por eso

Me asombré a mí mismo cuando, año y medio atrás, recién sabedor de que mi sentarme sobre una u otra de mis nalgas en la montura de la bicicleta era por mi próstata hinchada, me dio vergüenza. Me di vergüenza... por ser prostático. Hasta entonces llevaba unos años sentándome así, evitando el contacto y la presión de esa parte de mi cuerpo contra el asiento, y sin saber por qué lo hacía, no sentía vergúenza por eso. Sabida la relación con la próstata hinchadora, necesité unos meses para sentirme cómodo con mi modo atravesado de sentarme en la bicicleta.

lunes, 26 de abril de 2021

Munimuni

Hay tanto muni en este tiempo de otoño (escribiendo esto, luego de ir en busca de la palta matinal, me desmunizo pantalón y chompa) que la delgada, larga y aferrada semilla debiera servir para curar algo, ¿no?, pasada por agua, secada al sol y molida, en alguna forma, ¿no?

(Colgada detrás de mí, mi querida polera de lanilla amarilla de cuello beatle con la que, igual que hice hoy, hace dos años, una mañana temprano salí a cosechar algo y que desde entonces no acabo de desmunizar. Es que, sacas el palito, pero éste deja aferrado al tejido unos garfios mínimos, casi invisibles para mi pronto sesentañal visión.

Llegado aquí a Illataco hace dos años, en venganza de lo que los munimunis me hicieron años atrás en Collpapampa y después en Paukarpata, agarré y coseché todos los que pude y los dejé resecarse sin fecundar...)

Y para su nombre, más que muni, me suena munimuni. Los munis, o como yo quiero llamarlos, los munimunis (los nombres repetidos o especulares, desde algunas de las lenguas indígenas de Bolivia, apuntan a la abundancia de lo nombrado; por ejemplo, Mollemolle, un sitio no lejos de donde estoy, quiere decir bosque de molles) son unas semillas negras o de color café, de uno a dos centímetros de largo, filamentosas, hechas a pasar mucha seca, que en la punta exterior tienen dos o más hilillos semirrígidos que en su extensión de uno a dos milímetros tienen unos minúsculos apéndices, no visibles a simple vista, con los que se aferran a la piel humana, a diversas telas de ropa, al pelo de vacas, perros, gatos, etc. Arrancas de tu ropa los munis, pero ellos a veces dejan prendidos, ocultos en el tejido, sus garfillos, ya difíciles de echar. La planta es menos que un arbusto flacucho de hojas aserradas de volor verde oscuro. La flor es bonita, de pétalos blancos, pequeños. Es la semilla la mala.

domingo, 25 de abril de 2021

Fresnos llenos de pájaros

A las seis de la tarde de un día de fines de abril, acercándome a Quillacollo por el camino viejo, desde los fresnos, esos árboles traídos de fuera cuya copa tiene forma de huevo, se oye a muchos pájaros acomodándose para dormir la noche que viene. Cuánto ruido. Parecen pájaros de una misma especie, parece que son pequeños.

Casi dos semanas después, aumento: los fresnos pierden sus hojas en el otoño; dentro de pocas semanas, ¿dónde se acomodarán para dormir tantos pájaros? Voy a esto: se me ocurre que la forma y disposición del follaje, la copa del fresno proteje mejor de noche a los pájaros de lechuzas y buhos. Por ejemplo, algunos molles, no todos los molles, tienen ramajes de disposición abierta...

Con la gravedad

Hago mucho en estos días algo que aprendí de chico: desde la parte alta del terreno, sin impulso, bajar en bici con la sola gravedad, tratar hasta el último momento, hasta que la bi se detenga, de no pedalear.

sábado, 24 de abril de 2021

La droga veloz

Qué fuerte es la droga de la velocidad en bici. Lo digo yo, conocido como el ciclista lento.

viernes, 23 de abril de 2021

¿Tienen, tendrán conciencia los motoqueros?

El paso en los motoqueros de no concebir en sus conciencias cómo ellos destruyen este valle a diario... ... a ellos no poder ya concebir en sus conciencias la realidad (personal) de su destruir ellos con sus motores el valle de Cochabamba. (Pero... atenuaré diciendo que las experiencias corporales siempre serán -- o deberían serlo -- percibibles, dado cierto umbral perceptual... O sea, fuera de esas puertas a la percepción, ¿cero apertura a la conciencia física? Parece que sí.) Me falta decir cómo destruyen el valle los motoqueros.

jueves, 22 de abril de 2021

Maestro sin diagnosis

Este bicicletero, lo que no tiene es habilidad diagnóstica, está ahí, sin iniciativa, no se le ocurre revisar, usar las orejas, los ojos, volcar la bici patas parriba (sólo eleva un centímetro la trasera y pedalea con las manos) para soltar a fuerza de manos toda la velo de los pedales, de repente subirse a la bici y dar una vuelta al manzano, usando oídos y ojos... Ah, V. amigo.

Pero es maestro mecánico de bicicletas, es un recio, resistente ejemplar de una raza extinta, los bicicleteros de profesión que atendían, dentro de los límites de la hace décadas defunta economía popular belcista boliviana (en la que actores muy pequeños usaban entre sí monedas mínimas para autonomizarse, apartándose de los succionadores actores grandes y abusadores, avasalladores), nos supieron atender a nosotros los en peligro de extinción ciclistas viejos del valle, con bicis decentes, no bicis fashion como las que usan los snobish, alharacos nuevos ciclistas fake. // Pero vuelvo a la queja... Es por su déficit diagnóstico que ¿cuántas veces ya? el problema que me hace venir donde él, al irme de aquí de su taller, sigue, y la bicicleta amenaza con, en uno de esos baches, romperse y dejarme a pie. Pero hoy la bi saldrá bien de aquí, con mazo trasero nuevo puesto. Aunque queda el freno trasero inservible porque, no, el maestro no halló entre sus repuestos perno pasador que cuelga sus varillas del cuadro de la bi; perno que mañana compraré y colocaré. Puesto el nuevo macero, V. lo hizo girar con un dedo, y me dio gusto el ruido a nuevo de ese dar vueltas mi eje trasero. Anticipé suavidad en mi moverme en la bi.

Los bolivianos bloqueos de vías

No es que me gusten los bloqueos, pero abren otros modos de vivir el tiempo de calle; los bloqueos de vías, cuando el tráfico para y se desvía, cuando la gente ocupa física, se diría que militarmente la calle, son para quedarse uno mirándolos... por tantos lados. Bueno, la gente en cualquier y toda disposición suya, es para quedarse uno mirándola.

Lluvia en la avenida sin tráfico

Ayer en la tarde, en Colcapirhua, donde empiezan los bloqueos que llegan hasta Tacata, ¡cinco kilómetros!, llovió gota gruesa, esparcida, fría (arriba en el aire habrá sido granizo). Tanta gente al descampado, y llovía. Alguna gente se puso bajo árboles. Una mujer cubierta con ropa anti-covid de plástico blanco y con paraguas amplio y zapatos altos de madera, chapoteaba sobre el asfalto de la carretera abierta, sin tráfico. Era rico el verla. Mi ropa se mojó nomás, sin llegar a soparse del todo, pero media hora de ver en Quillacollo trabajar al maestro bicicletero con mi bici, secó mi pantalón y zapatos. Horas después: https://www.lostiempos.com/actualidad/cochabamba/20210421/declaran-cuarto-intermedio-bloqueo-quillacollo .

martes, 20 de abril de 2021

Ataque a árbol en Illataco

Hace no mucho, a las ocho de la noche, afuera en la calle, aquí en Illataco, hachando quitaron la que creo es la rama principal, en efecto el tronco, a partir del tercer o cuarto metro, de un árbol de crecimiento inclinado, que creo es sauce llorón, para dar paso a un camión ancho que estaba ahí trancado. El lugar tiene curva y su ancho no pasa de los seis metros. El camión era tan voluminoso que quien lo manejaba, o no sabía, o no tomó en cuenta la incompatibilidad entre su vehículo y el camino.

El "dueño" del árbol dio permiso para el daño y puso una hacha pesada de mango largo, que otro vecino manejó.

Mi amargo quejarme no fue escuchado, y por eso lo sofoqué y al fin, apagué.

Entre los ocho a diez vecinos espectadores del ataque al árbol, la charla era sobre los bloqueos que padres de familia hacen abajo, en Quillacollo, sobre la avenida que es carretera hacia el occidente, pidiendo les entreguen el desayuno escolar no recibido por sus hijos. (Bloqueos que seguían en la mañana del día siguiente, miércoles 21 de abril.)

Detrás del camión con caja ancha cuyo paso fue abierto atacando al árbol, pasaron dos camiones cisternas de combustible, también poco adecuados a la vía estrecha y con curvas y subidas. Después, ahora mismo, bajan muchos carros que quedaron detenidos por el trombo vial.

La conversación entre los pocos vecinos propietarios, todos ellos aprobadores del ataque al árbol para despejar la vía, me mostró que han llegado a adoptar, aparentemente de entrada, o sea, en principio, la postura ilógica de que ante la situación vía o calle estrecha y carro ancho y largo (poco maniobrable), la acción a tomar es, ahí mismo, ipso facto, ensanchar la vía, y no la (que a mí me parece postura lógica y acción sensata) de hacer retroceder al carro obstructor, y si son varios los carros trancados, pues, vuelta atrás todos, comenzando por el que quedó al extremo de la vía obstruida. ¿Vi, entonces, entre estos vecinos, la priorización del tráfico sobre el ambiente? No lo sé con exactitud (aunque, en la práctica fuera así). Creo que, ante todo, buscaban librarse ellos, espectadores, del embotellamiento de tráfico en su zona, buscaban "vializar" el tráfico, darle vialidad, flujo. (También creo que en la práctica mental-social autómatica de "valorar" las cosas, el precio de un árbol puede que sea menor al del flujo ininterrumpido de autos.)

(Entrada la noche, horas después del ataque al árbol, sigue pasando tráfico pesado por la calle de tierra.)

Dos semanas después, añado: Hablé con el "dueño" del árbol. Me contó que esa noche salió de su casa a la calle, alertado por ruidos muy cercanos a su propiedad. Ya afuera, oyó el ruido de algo que caía del sauce: pensó que era parte del árbol, una rama; no, era un hombre que bajaba de un salto del árbol, donde había subido para ver cómo cortar más adecuadamente la rama principal del árbol. Ahí, el vecino dió su permiso para la mutilación. El árbol, según me cuenta él, hace unos meses había sido herido y dañado irremediablemente por, cree él, el chofer del camión cisterna recogedor nocturno de leche de la PIL; y ya se secaba. A mí, esto no me consta (pero soy poco y mal observador).

Tres semanas después de la entrada inicial. Cortaron con motosierra un metro más de la rama o tronco de dicho árbol. También pude ver que la parte de su tronco cercana al suelo está como retorcida y muestra un secarse.

A los 4 meses de ser atacado el árbol, durante una semana y unos días, albañiles trabajaron a su lado, revistiendo un canal de riego que pasa por ahí y destruyendo y rehaciendo el puentecillo que cubre el cruce de ese canal debajo de la calle.

Seis meses después de escrita inicialmente esta entrada, el sauce vive, y está fuerte.

lunes, 12 de abril de 2021

La sustitución o impostura ciclista calacaleña

En Cochabamba, entre 2015 y 2019, con:

(1) el discurso de la bici verde, esgrimido por la tecnocracia ambientalista, con protagonismo corrupto, cooptador y sustitutivista de ONG ligadas a agencias estatales

(2) los autollamados "masa crítica Cbba." (¡nadie mínimamente enterado de lo que fue y es la masa crítica nacida en septiembre de 1992 en San Francisco, California, nadie respetuoso de su propagación en estos casi treinta años por muchas ciudades del mundo hubiera usado esa etiqueta para su grupo ciclista: las diferentes masas se reúnen y salen en masa, no se ocupan de etiquetarse, una etiqueta así, formal, no se usa en otra parte que yo sepa!)

(3) los ciclistas paseantes, nocturnos y diurnos, con bicis caras, fashion, y pinta de los ciclistas calacaleños, queruquereños sacada de las fotos de revistas ciclistas fashion europeas y estadounidenses ligadas a la industria interesada en subir los precios de los productos ciclistas, haciendo a los usuarios más dependientes, menos autónomos

(4) el crecimiento de este consumo conspicuo (Th. Veblen) con cada vez más tiendas ciclistas (el inicio de esto último tiene más de diez años) en la zona norte o en el centro y sur de la ciudad pero fijadas miméticamente en ese ciclista ocioso, fashion

(5) y por último, con la ley municipal de la bicicleta de 2017 y su reglamento de, creo, hace dos años, redactados por gente sin ningún conocimiento práctico vivencial ciclista diario en el valle de Cochabamba (conocí y compartí con algunos de ellos), gente ignorante del gran daño que con esas regulaciones hicieron a los ciclistas reales, de las calles cada día en Cocha

... lo que pasó en el ciclismo urbano de Cochabamba, repito, entre 2015 y 2019, fue un intento de sustitución, suplantación o impostura: llegaron unos, los ciclistas jailas calacaleños, que antes no estaban aquí (aunque es cierto que a algunos de ellos no les faltan algunos antecedentes familiares, unas hebras de conexión con pasados ciclistas mestizos -- no cholos, no populares -- cochabambinos de los años 60 a 80, pero con uniones o rupturas a investigar), y dijeron: estos, los ciclistas urbanos diarios con bicis chinas touring o mountain o semirruteras de 600 pesos, no cuentan; sólo contamos nosotros, con bicis de 2000, 3000 pesos, disfrazados con mallot y casco, nosotros somos los ciclistas de Cochabamba.

Además, en la práctica, dijeron: no nos interesan los 100 años de lucha ciclista urbana en ciudades europeas y norteamericanas, no nos interesan sus avances, sus dolorosos, mortales descubrimientos, sus derrotas (con ciclistas muertos a manos de los fascistas alemanes, por causa de su lucha específicamente ciclista), no, nosotros sabemos de qué se trata la escena...

En realidad, como concluí desde el principio, nada más al conocerlos, a fines de 2011, a través de un amigo jaila con quien marché en defensa del Tipnis, lo que buscaban era acomodo en la burocracia municipal, o peor, proyectos para medrar de los fondos municipales.

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Hoy la cosa es grave para los ciclistas diarios de Cochabamba:

¡Esa gente pide ciclovías! ¡Exactamente aquello contra lo que los ciclistas organizados luchan durante 100 años en muchas ciudades del mundo! ¡Quieren hacer ciclovías en Cochabamba, sin saber que son dañinas para la seguridad de los ciclistas! ¡Sin saber que las ciclovías de diseños diferentes aumentan el número de ciclistas lesionados y muertos por motoristas! Que las ciclovías son históricamente la solución técnica del complejo estatal-industrial-petrolero motorista a la molestia que son los ciclistas para los motoristas en las vías

y

... sin saber que, hoy, 2021, un año después del encierro por enfermedad mundial de marzo a julio de 2020, tiempo durante el cual mucha gente en muchos lugares del mundo descubrió y redescubrió facultades personales y sociales y disposiciones espaciales para usar la bicicleta a diario, es claramente pensable (pensable, además, a partir de muchas experiencias urbanistas y de disposición del tráfico, europeas y norteamericanas en los últimos sesenta años, por ejemplo, los vonerwen holandeses, y diseños y construcción de barrios y zonas sin carros, y los días sin carros en muchísimas ciudades desde los años 90, y el reciente, de hace veinte años, renacimiento ciclista urbano en muchas ciudades europeas...)... es pensable y factible olvidarnos para siempre de las ciclovías, y apostar por algo medianamente sólido: disminuir el número de carros en nuestras ciudades bolivianas, en Cocha, disminuir su velocidad...

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Bases, antecedentes externos para pensar y hacer ciudades bolivianas con menos autos que vayan menos rápido:

los movimientos Reclaim our streets que tienen más de treinta años, sobre todo en EEUU (y cuya práctica -- pero no sus razones -- asombrosamente se da hace 20 años en los rehearsals de las fraternidades folclóricas en tantas ciudades de este país en avenidas de medio calibre, tantas noches al año, como rebalse, además, de una quizá ya centenaria tradición bloqueadora boliviana de vías...)

los limitados, poco escuchados, pero hermosos llamados del Depaver Jan Lundberg en Portland, Oregon a desasfaltar nuestras calles...

el nuevo (tiene 40, 50 años) urbanismo, algunas de cuyas venas estudiaron las multicentenarias medinas norafricanas, densas zonas comerciales urbanas sin carros

la lucha de los peatones ingleses desde al menos ochenta años por detener la carnicería motorista, pero también por entenderla, que cuajó en reflexión antropológica y política en el informe de su presidente en 1947, J. S. Dean, Murder most foul, a study of the road deaths problem, y en mucho tráfico periodístico suyo, que nos enseña (al menos a mí) que la lucha ciclista es, antes que ciclista, y que será, después de dejar de ser ciclista -- porque las bicis no dejan de ser dañinas antes de ser usadas, al usarse y después -- lucha de los peatones, o sea, de los hombres y mujeres sin adjetivar

la contestación legal ciclista vehicular anti civlovías de Forester en California, años 70

los funcionamientos reales diarios de las enormes ciudades ciclistas chinas entre los años 60 y 90

los trabajos de Ivan Illich, Jacques Ellul, Jean Robert y otros en los años 70 y 80

nuevas reflexiones, como las de Popan, las de Horton...

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El año pasado publiqué una diatriba similar: http://cuadernociclista.blogspot.com/2020/05/vuelvo-oponerme-los-suplantadores-del.html .

sábado, 10 de abril de 2021

Niño ciclista en Illataco

Caminando por la calle donde vivo, veo que un niño de hasta ocho años, en su bici, se queda detrás de un camión detenido, de subida, que esperaba la bajada de otra movilidad ancha. Porque la calle donde vivo es preferida por los carros de trabajo, camiones cargados, camionetas distribuidoras de productos, ésos. Bajó lento el que bajaba, empezó a subir el que subía, y recién la wawa se movió sobre su bicicleta. Prudente, paciente él. Fue lindo el verlo. Fue hace unos dos meses.