domingo, 28 de agosto de 2016

La devastación de la Amazonía boliviana, por Jean-Pierre Lavaud

Un abismo separa los exaltados dichos del presidente boliviano en defensa de la Madre Tierra (Pachamama) de las devastadoras políticas forestales que implementa.

Según Antonio Donato Nobre, especialista en clima del Amazonas y autor de un informe titulado "El futuro climático de la Amazonía", el 40% del bosque de la Amazonia brasileña ha sido talado o dañado hasta tal punto que la selva ya no es funcional como un ecosistema.

Los países vecinos sufren la misma devastación. Un estudio realizado por la revista Science, en base a un mapa creado usando Google Earth muestra que Bolivia es uno de los seis países del mundo que han experimentado la mayor deforestación entre 2000 y 2012 . Según el informe sobre la deforestación Mapa de deforestación de las Tierras Bajas y Yungas de Bolivia, son 1,82 millones de hectáreas de bosques que fueron exterminados entre 2000 y 2010. Y la destrucción parece estar acelerándose: entre 2000 y 2005, la pérdida anual promedio fue de 195 000 ha; la de 2005-2010, se incrementó a 205 000 ha. Según las estimaciones del Programa Nacional de Cambio Climático incluso llegarían entre 300 000 y 350 000 hectáreas . Del 1ro de julio al 30 de septiembre de 2013, Bolivia ha despejado una superficie 167% veces más extensa que el año anterior en el mismo período (de acuerdo con las imágenes captadas por el satélite MODIS), lo que representa para ese periodo la tasa más alta de deforestación en el mundo, frente a Madagascar y Ecuador. Esta devastación se traduce en la disminución de los recursos hídricos, la degradación de la biodiversidad y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, de manera que las emisiones de CO2 per cápita en Bolivia son más altas que las de Europa Occidental, mientras que su nivel de desarrollo es uno de las más bajos de América del Sur.

Esto no ha impedido que los defensores de la Pachamama se preparen, a partir de 2012, para la Agenda Patriótica del 2025, arrasar con un millón de hectáreas por año para cuadruplicar la superficie agrícola actual, so pretexto de garantizar la seguridad alimentaria del país . De hecho, sabemos muy bien que las tierras tropicales devastadas serán transferidas en gran medida a la lucrativa cría de ganado y al cultivo de semillas oleaginosas, con la llegada de semillas transgénicas y contaminantes de todo tipo. El resto se destinará a los colonizadores campesinos de los departamentos de tierras altas cuyos chaqueos y quemas sin discernimiento, junto a patrones de cultivo inadaptados al contexto empobrecen y arruinan el tejido de los bosques; entre sus filas se encuentran los cultivadores de coca, particularmente ávidos de tierras y tan menos contaminantes como los agroindustriales. En esta perspectiva, el gobierno despliega un extenso programa de colinización en los departamentos de Pando, Beni, Santa Cruz y La Paz .

El Decreto Supremo nº 1578, promulgado el 7 de mayo de 2013 respalda la deforestación ilegal 5 millones de hectáreas de bosques, y especifica las modalidades de aplicación de la Ley 337 del Apoyo a la Producción de Alimentos y Restitución de Bosques del 13 de enero 2013, que permite el cultivo del 20% de las tierras forestales (Tierras de Producción forestal, permanente). Pero bien, la deforestación del 20% de la Amazonía implica poner en riesgo la estructura del bosque, romper la continuidad de los ecosistemas, reducir la biodiversidad y los recursos tradicionales de subsistencia - la pesca, la caza y la recolección, como las almendras y las nueces de Brasil, y demás recursos esenciales norte amazónico de Bolivia.

Además, el gobierno se obstina en cuadricular con caminos los parques protegidos de la selva tropical amazónica. Después de empezar a cruzar por el medio el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Secure (TIPNIS) (departamentos de Beni y Cochabamba) - un proyecto temporalmente detenido, pero siempre pendiente – ahora ya también quiere construir una carretera 430 kilómetros entre Santa Rosa y Remanso (departamento de Santa Cruz), que atraviesa la reserva forestal del Bajo Paraguá y el Parque Nacional Noel Kempff Mercado. Ahora sabemos que el camino atrae rápidamente a los colonos.

Y, por último, en su entusiasmo por convertirse en proveedor de energía eléctrica para los países vecinos - planea producir 13.000 megavatios en 2025, incluyendo 10.000 para la exportación, principalmente a Brasil - el gobierno inicia la construcción de enormes represas hidroeléctricsa en los afluentes del Amazonas: la represa de Cachuela Esperanza (departamento del Beni) y las represas del Chepete y el Bala (norte del departamento de la Paz y departamento dle Beni) previstas para producir 3676 megavatios. Estas inundarán parte del Parque Nacional Madidi de la Reserva Biológica (RB) y Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Pilón Lajas, conocido por albergar una de las mayores reservas de biodiversidad en el mundo. Y se afectaría el hábitat de más de una docena de comunidades indígenas.

Esta amplia deforestación no sólo es la pesadilla de las organizaciones de protección del medio ambiente, nacionales e internacionales. En 2011, con motivo de la presentación del informe "Tras las Huellas del Cambio Climático en Bolivia", el representante de la ONU en Bolivia, Yoriko Yasukawa, dijo: "Si Bolivia no es uno de los mayores culpables del calentamiento global general [del planeta], creemos de todas formas que no ha hecho lo suficiente en cuanto a la reducción de [gases de efecto invernadero] si consideramos que destruye cada año 300.000 hectáreas de bosque ". Y pide al Gobierno de Bolivia que se tomen medidas enérgicas para limitar las emisiones. Unos meses más tarde, durante la celebración de “Día Internacional las Poblaciones Indígenas del Mundo”, Yoriko Yasukawa insistió sobre el hecho de que la deforestación afecta gravemente a los indígenas bolivianos. Afirmaciones diplomáticas y educadas, cuando la deforestación provocará simplemente la desaparición definitiva de los grupos selváticos.

Pero todo esto no parece perturbar a las autoridades nacionales. Para Evo Morales, las reservas forestales fueron creadas por "el imperio norteamericano" para ser intocables e intangibles, y no es admisible que ONGs y fundaciones controlen y decidan en nombre del movimiento indígena ... Quienes dificulten la exploración de los recursos naturales tendrán que salir de Bolivia ".

En 2010, cuando el país sufrió una ola de incendios devastadores, el jefe de Estado los llamó "fenómenos naturales", a pesar de que fueron el resultado de incontrolables quemas a propósito. Y tuvo a bien añadir que no era su culpa si no se tienen los medios para combatir estos incendios. ¡Cuánta seguridad al decirlo, y cuánta mala fe!

(Por la traducción: JCM. Aquí me salté las numerosas notas a pie de página que desarrollan y fundamentan los datos.)

Incidentes de ayer

Auto blanco taxi, con placa 692 BSE, hombre de alrededor de 30 años, según me dijeron mis compañeros, pues yo no lo vi con tranquilidad suficiente como para evaluarlo, con pasajero o pasajera en el asiento delantero derecho, calle Antezana entre Sucre y Ecuador, 5 cuadras, ayer sábado 27, a eso de las 1 1/2 de la tarde. Estamos delante de él, voy yo a la izquierda, toca bocina, nos desentendemos de eso, vuelve a tocarla, se acerca, hacemos el gesto entre los tres ciclistas de entender recién que el motor quiere adelantarnos (la calle no está apurada ni llena, es una hora de tráfico relajado). Pasada así, en el pre-diálogo entre actores del tráfico, algo menos de una cuadra, decide pasar nomás, rozando el costado izquierdo del bulto grande que llevo sobre la parrilla, bulto que está como escurriéndose al suelo. Me lanzó el carro encima el tipo. No reacciono. Me detengo. Mi bicicleta no está como para persecuciones. Mis compañeros le dan alcance una cuadra más allá, en la esquina con calle Bolívar, abordándolo uno por izquierda y el otro por derecha. Después me contaron que el hombre, acechado, bajó la guardia, respondió sin combatividad que debemos (los ciclistas) ir a la derecha, que debemos ceder el paso. Los compañeros aflojaron el acoso al llegar a la Heroínas. Yo, llegando desde atrás, y apostrofándolo como cobarde, traté de alcanzarlo, pensando al ir llegando a dos esquinas sucesivas que el semáforo me ayudaría a poder decirle algo más, pero no, no pude.

En la noche de ayer sábado, otra: auto blanco, placa 839 TFN, hombre de unos 30 años de edad, en la calle Esteban Arze, llegando a la calle Calama, a las 8 y media de la noche. Quiere pasarme, pero el ancho de la calzada no da para que lo haga sin peligro para mí. No lo dejo. Se acerca, cada vez más. Hago el gesto, y lo repito, de mirar hacia atrás, como mostrando nerviosismo, o sea, lanzo la cabeza, a cara hacia la máscara del carro. Sigue cerca, a unos centímetros de mí, durante unos segundos, que son unos metros. Pero se modera, guarda su distancia, medio metro, más de un metro, ya, alivio.

Y estas son las dos primeras placas que logro recordar en más de dos años, para transmitir la alarma sobre estos motoristas amenazantes, abusivos.

Un incidente más. Martes 30 de agosto, 10 de la noche, calle Ladislao Cabrera, llegando a la avenida Ayacucho, trufi blanco, placa 2688 AKE, chofer de poco más de 20 años, pasa cerca de mí, lo adelanto, me acerco a su ventana y le digo que no pase tan cerca de un ciclista, dice que está usando la calle, le digo que él maneja un vehículo que puede ser peligroso para los ciclistas.

lunes, 8 de agosto de 2016

Paseo de hace un año

Paseo. Una maestra bicicletera. Mi pericia parchando. La zona sur, Valle Hermoso, la salida al Valle Alto.

Con ganas de llegar hasta el kilómetro diez pero sabiendo que solo iré hasta el cinco, paseo. Es la mañana que empieza. Luego de años, miro en detalle esta zona sur de la ciudad, detrás de la laguna Alalay; voy lento; en el mapa, digo, en el trayecto visto en bloque, hago curvas. Supongo que el movimiento que veo a esta hora temprana, crecerá al llegar a media mañana.

La rueda trasera se hace sentir, resaltando los desniveles del suelo. Puede estar disminuyendo su aire. Unas cuadras después, sí, se baja, muy lentamente. La fuga será mínima. La bicicleta me soporta aun sobre ella, a velo aun menor. El punto de fuga ha de ser tan pequeño que podría ser difícil hallarlo.

Taller de cambio de llantas para autos. Pregunto si tiene aire para la bici (es decir si tiene adaptador-bici para la boca de salida de su compresora-manguera; o, mejor, si él tendrá la paciencia, tolerancia para atender a una barata bicicleta). Sin una palabra, su brazo señala al frente de la avenida (es la avenida Siglo Veinte), a otro taller, también de llantería, pero de otro nivel, con menos movimiento, de aspecto menos apremiante.

La acera de este taller es de tierra. Dentro de él, un canchón, cuya parte frontal, cerca al portón, está llena de fierros sueltos. La maestra biclcletera es flaca, joven. Su mano me indica que mi espera será breve. Destripa una rueda de carro usando un gran aparato con función de palanca. Su hijo llora, pide ducharse, recibe al fin la autorización de la madre, se baña, vuelve, y ella, dejando de trabajar un momento, le completa el lavado. Otra hija, flaca, recatada, alcanza a su madre las herramientas que ella le pide.

La maestra conversa con su cliente, trata de hacerle ubicar en su memoria a otra persona, da vueltas, acercándose a sacarle esa info, pero al fin él se le escapa, no se deja coger. Mi espera está pronta a terminar. (Veo la operación de la llantera y el taxista que meten a las llantas tubulares del carro atendido, papel higiénico trozado y mojado; materia que se adherirá al próximo ahujero, taponando la fuga de aire.)

Ahora me atenderá a mí. ¡Antes de atender a un otro cliente, que llegó después de mí! Aquí hay decencia. Ella quiere sacar la rueda entera del ciclo, desenruedar a mi máquina, como hace al parchar llantas de carros; se lo impido; saco yo solo la cámara neumática; llevo la bi entera al medio turril con agua, para situar el punto de fuga. Hallo el punto roto en la parte interna de la goma : fue la cabeza de un radio sobresalido la que rompió el neumático. Con una lima delgada, limo bien las cabezas de ese y de otros radios. (La rueda estará amandarinada, no circular sino achatada.) Sin una palabra, procede ella a terminar la operación, contra, sobre mi indicación, pedido de reponer yo mismo la cámara en su lugar. Infla. No se fija ella, y yo tampoco, que dejó semiabierta la tapa de la válvula. Monto la bi, doy un paso sobre la calzada y ya estoy con la llanta flat. Vuelvo. Vuelve ella a inflar. Me voy.

La zona sur, hacia Valle Hermoso, la salida al Valle Alto. Hace tanto que no salgo a la Angostura, a Tolata, Paracaya... Tiraque... Este paseo fue en la segunda semana de agosto del año pasado. Ah, conseguí una tuna grande, casi tan grande como un barril, que salía por arriba de la pared de adobe de un lote cerca de la refinería, y me la comí : fría, helada, el sol no le había llegado, dulce, chorreó su jugo a mi polera.

viernes, 5 de agosto de 2016

Los lugares nuestros en bicicleta

Los lugares por donde pasamos y donde estamos tenemos que irlos conociendo bien. Observar lo que hay en ellos, sentirlos, olerlos, apropiarnos de ellos, soñarnos con ellos y que ellos también nos sientan, se apropien de nosotros. Necesitamos a los lugares y ellos nos necesitan a nosotros, son nuestros y nosotros les pertenecemos. Hablo de las plantas, árboles, casas, tiendas, pensiones..., encariñarnos entre ellos y nosotros para convertirnos en uno solo y necesitarnos ambos.

-- Escrito por ciclista Vikingo.