viernes, 27 de octubre de 2017

Un ciego que nos vende en las calles

Es ciego, camina moviendo un bastón delgado delante de sus pasos, tentando el suelo que luego pisará. No le vi la cara. En la avenida San Martín esquina con calle Uruguay, va diciendo: "Pilas para controles". Él vende esa basura que es combustible de los aparatos-basurales donde se alimenta mi gente. La gente boliviana bebe mierda, por no decir muerte, en los televisores; muchas familias, muchas personas solas ven más de una película-basura-nada por semana; mucha gente se humilla a diario trabajando para juntar plata y comprar pantallas planas, en las que, de noche, solos (por más juntos que parezcan estar), adoran. De ahí sacan los modelos de maldad que se desesperan por imitar, para morir como bolivianos, para hacer desaparecer esto que son, esto que tanto odian, esto que están teniendo éxito en hacer desaparecer, para pasar a ser nada, nadies.

Tanto más que decir sobre esto. Tanto desánimo, que ni puedo decirlo.

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Puestas en el suelo, esparcidas sobre la acera, láminas de plástico muy delgado y transparente, cuadradas, de colores chillones y con letras diversas, que son sobres que contienen discos para, llegando a casa, meter al aparato reproductor, que mostrará películas... películas hechas por especialistas estudiados en mentir, para que la gente, llevada por la crueldad que las películas recomiendan para la vida diaria, para la vida de la gente con la gente que halla aquí, a su lado, las gentes, acatando los dictados de los patrones lejanos, desconocidos, las gentes se peleen unos con otros, se hagan zancadillas, se odien, a placer de los patrones.

jueves, 26 de octubre de 2017

Antítesis

Esta antítesis humana se descubre dondequiera que el alma reacciona poderosamente sobre sí misma. El galán desearía ver a su amada reposando sobre mullidos cojines de seda, envuelta en vaporosos tisúes orientales, y la mayor parte del tiempo la posee sobre un camastro. El ambicioso se imagina en la cumbre del poder, sin dejar de rastrear por el fango del servilismo. El traficante vegeta en el fondo de un tenducho húmedo y malsano, levantando un vasto palacio de donde su hijo, heredero precoz, será arrojado por una licitación fraternal. En fin, ¿existe algo más repulsivo que una casa de placer? (En una edición que calculo de fines de los años cincuenta, sin tapa, de la novela de Honoré de Balzac, La piel de zapa, Barcelona, en la página 7.)

-- Hacer una versión de la antítesis de arriba con los personajes del motorista orgulloso y el accidentado agonizante, la construcción de edificios de apartamentos y la propietaria (antes, diez años esclava en España) despojada de su apartamento..., el político sindicatero popular al servicio del fascismo del régimen masista.

miércoles, 25 de octubre de 2017

La punta de mi zapato

La carne de color rosa naranja de la paloma que hoy saqué de la calle estaba pegada al suelo y ella tan deshecha, que, no animándome a tocarla con las manos, la desprendí con la punta del zapato. Recién entonces, agarrándola de la punta de las alas, la llevé a la acera cercana. En una zona muy apartada, residencial, entre los puentes de Quillacollo y Huayna Kápac, donde, años atrás, solía haber muy poco tráfico, y hoy tuve que sortear carros a toda velo -- a más de treinta por hora -- girando una esquina. Por ahí estaba la paloma tirada en el suelo, difícil de despegar.

Y hoy vi una rata pisada sobre el asfalto, que tampoco retiré: no me sale, me cuesta empezar.

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Carros a toda hora. Camino pasada la medianoche por mi barrio; ayer fue viernes, hoy está entrando el sábado; casi no hay gente a pie; pero los tristes atronan con sus motos, sus carros, algunos de ellos borrachos, con música fuerte, insoportable.

Los carros sobreabundan. Voy por calles donde sé, recuerdo que hace diez años, hace cinco años, a esta hora, no había ninguno en muchos minutos, donde uno podía pasear, estar tranquilo, y hoy: montonera de carros estacionados, ocupando el espacio, y tráfico, flujo indeseable, siendo sábado en la tarde.

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Lista de textos con palomas y otros animales muertos en las vías, en este y en el anterior cuadernos :

http://cuadernociclista.blogspot.com/2017/10/ratas-en-suelo-aplastadas.html
http://cuadernociclista.blogspot.com/2017/10/frialdad.html
http://cuadernociclista.blogspot.com/2017/09/ave-suelo-asfalto-maquina-donde-estamos.html

martes, 17 de octubre de 2017

Petición para preservar el Tipnis

https://www.salvalaselva.org/peticion/1114/detener-la-carretera-que-dividira-en-dos-la-selva-de-bolivia?mtu=280097219&t=3688#letter

Gobierno de Bolivia: recuerde su compromiso con los pueblos indígenas, respete el TIPNIS como área protegida y patrimonio de las comunidades

Para: Presidente de Bolivia Evo Morales; cc OIT

Estimado Sr. Presidente Morales:

En repetidas ocasiones ha manifiestado su compromiso en defensa del medio ambiente y de las poblaciones indígenas.

Sin embargo, su actual proyecto carretero por el TIPNIS significará la condena a la extinción para poblaciones indígenas yuracares, mojeñas trinitarias y tschimanes; la destrucción irremediable del ecosistema al facilitar la llegada de colonos, narcotraficantes, empresas petroleras, madereras y la expansión de la frontera agrícola. La pérdida de la cobertura vegetal en las faldas de los Andes tendrá consecuencias desastrosas para las tierras bajas, en términos por ejemplo de abastecimiento de agua.

En su día, Bolivia se comprometió con los pueblos indígenas para resguardar el TIPNIS promulgando la Ley 180.

Ahora, con su derogación y la promulgación de la nueva Ley 266 permite actividades extractivas antes prohibidas. Sin embargo, el Estado no tiene a día de hoy capacidad para regular todas estas invasiones que, como sucede siempre que se abre una carretera en una zona virgen, significarán irremediablemente su destrucción total.

No construya la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, que atravesará el parque nacional y territorio indígena Isiboro Secure TIPNIS. Defienda así la selva y la integridad y derechos de la población del TIPNIS.

Preserve a la Madre Tierra de esta herida de muerte y permita a Bolivia seguir por la senda ejemplar del Sumak Kawsay (Buen Vivir) defendida por usted mismo.

Respete la Constitución Política del Estado y los convenios y tratados internacionales que resguardan los derechos de los pueblos indígenas.

Por su parte, la OIT debería crear una comisión de expertos que analice si el proceso de consulta previa realizado en las comunidades indígenas del TIPNIS responde al Convenio 169 de esta organización.

Agradeceré una respuesta a esta comunicación. Atentamente,

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Información

Cada año desaparecen en Bolivia importantes superficies de bosques. Con el avance de la palma aceitera y cultivos industriales de soja y maíz y los pastos para ganado, la deforestación continúa a ritmo preocupante.

Con más de un millón de hectáreas, el Territorio Indígena y Parque Nacional TIPNIS alberga una importante biodiversidad y cumple una función ambiental hídrica y forestal fundamental a nivel local y de toda la cuenca amazónica. Está habitado por pueblos indígenas tschimanes, mojeños trinitarios y yuracarés.

El proyecto de la carretera por el TIPNIS ya había sido descartado en 2014 por las numerosas críticas que recibió desde dentro y fuera del país. El TIPNIS contaba desde entonces con una ley específica que la declaraba zona intangible (Ley 180). El gobierno la derogó este mes de agosto, motivando muchas protestas.

En su lugar, promulga ahora una nueva Ley 266 que elimina la intangibilidad y permite la construcción de una carretera en el área.

Decididos a defender el TIPNIS

“La defensa del TIPNIS es un problema de todos. Ya no solamente de quienes viven en el TIPNIS. Es un problema nacional como también internacional”, dice en declaraciones Ademar Mole Presidente de la Central de Pueblos Étnicos Mojeños del Beni (CEPEM B) quien añade “acudiremos a todas las instancias legales para poder hacer la defensa del parque Isiboro Sécure”.

Organizaciones indígenas del TIPNIS, bolivianas y amazónicas piden “defender la integridad de los territorios indígenas, áreas protegidas, bosques y aguas amenazados” de manera firme desde 2012 .

Por favor, pide al presidente Evo Morales que respete el TIPNIS y a la Organización Internacional de Trabajo OIT que analice el proceso de consulta previa para que se pueda garantizar la aplicación del Convenio 169 sobre consulta previa. Firma la petición.

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La concesión, privatización y explotación de las tierras acaba con el TIPNIS y su protección.

El TIPNIS es uno de los 22 parques nacionales de Bolivia, pero sus selvas están cada vez más amenazadas.

Hay petroleras que ya tienen concesiones en pleno TIPNIS. Madereros que comienzan a talar los árboles. Cocaleros que ya se reparten las tierras. Y las exportaciones de soja pretenden abrirse salida al Pacífico chileno desde Brasil.

La carretera total prevista, de 306 km, no es precisamente para traer desarrollo a las comunidades, pues pasa lejos de las mismas. Hay tramos de la carretera - los que no pasan por el parque -que ya se han construido. El tramo que afecta al parque abarca una extensión de 60 kms. Significa más bien una condena a la extinción para los pueblos indígenas, según sus propias palabras.

El debate en torno al modelo de desarrollo

Los pueblos indígenas afectados declaran no estar en contra del desarrollo, pero el debate sobre que tipo de desarrollo necesita el TIPNIS y sus habitantes sigue activo y la resistencia a esta carretera es real y continua. Las organizaciones indígenas que representan a las comunidades afectadas piden que la carretera para conectar los departamentos de Beni y Cochabamba no pase por el corazón del TIPNIS.

El tema fundamental que subyace no es meramente indígena, sino que también está en riesgo el abastecimiento de agua para Bolivia, especialmente para la ciudad de Cochabamba, pues la ampliación de la frontera agrícola se está comiendo la Amazonía.

Un poco de historia: la intangibilidad del TIPNIS era una medida de protección.

El territorio es Parque Nacional y Territorio Indígena desde 1965 y 1990 respectivamente. En 2009 se entregó el título de Territorio Comunitario de Origen TCO, tras un largo proceso de reivindicaciones. Su estatus de protección legal es pues, múltiple. Muy poco después de la legalización del territorio ancestral, en 2011 se reveló el proyecto de construir la carretera por el TIPNIS para unir Villa Tunari con San Ignacio de Moxos, en los departamentos de Cochabamba y Beni. Las comunidades indígenas rechazan de manera rotunda el proyecto desde su origen con el interés de “mantener íntegro nuestro territorio”.

Con este fin, se han llevado a cabo numerosas marchas indígenas entre 1990 y 2012 y el TIPNIS se ha logrado defender hasta ahora.

Empezando por la propia Constitución (especialmente el artículo 385), existen numerosas leyes y convenciones que protegen el territorio. A nivel nacional, además de la recientemente derogada Ley 180, está la ley de Reforma Agraria, la Ley de Medio Ambiente y el Reglamento de Áreas Protegidas. A nivel internacional, el Convenio 169 de la OIT ratificado por Bolivia en 1991, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el Convenio sobre Biodiversidad.

Pero en la cruda realidad, por lo general, las carreteras que atraviesan la selva significan irremediablemente la destrucción del ecosistema, debido a que facilitan la llegada de colonos, narcotraficantes y empresas petroleras, madereras y la expansión de la frontera agrícola. El Estado boliviano no tiene a día de hoy capacidad para regular todas estas invasiones. En este sentido, la nueva ley 266 atenta contra el territorio del TIPNIS.

Cabe destacar que las acusaciones y la campaña de desprestigio en los medios de comunicación contra dirigentes campesinos que se oponen al proyecto de la carretera por el TIPNIS son trasnochadas. La actual dirigencia del movimiento del TIPNIS alega estar totalmente comprometida con su defensa.

Más información

Tipnis: indígenas bolivianos temen desaparecer tras decisión del gobierno

Indígenas de La Paz y del TIPNIS firman alianza para defender sus territorios de megaobras

Dossier actualizado sobre las luchas por el TIPNIS

Porqué la consulta previa fue un fraude

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http://somossur.net/economia/no-a-la-carretera-por-el-tipnis/2055-dossier-actualizado-de-apoyo-a-las-luchas-a-favor-del-tipnis.html

jueves, 12 de octubre de 2017

Así, esto se muere

La cara obesa de la mujer en el asiento de la pasajera de la gruesa vagoneta blanca, su saludo desdeñoso, luego de oírme despotricar contra el motoquero cuyo escape me echó humo a la cara (le dije que eso, la moto, es la enfermedad, me preguntó si estaba loco, después lo vi volver corriendo a recoger su casco que había dejado olvidado en el suelo), el gesto de la mujer (de su tienda sale, durante gran parte del día, la voz grabada de un robot humano listando los precios de la ropa usada que vende). Los argumentos habituales para rechazar una mínima responsabilidad: el motoquero, ante mi increparle su humo a la cara de la gente: "¿Qué de malo tiene?" Él sabe que de malo lo tiene todo, de entrada. Dejó de gastar veinte o cincuenta pesos en el implemento que haría que el humo de su escape saliera hacia el suelo en lugar de golpear la cara de la gente en la calle, o talvez gastó unas decenas de pesos en lograr que su moto haga este daño, para remedar a los miles de motoqueros que, antes que él, hacen lo mismo. Y sigue: "Estoy en la calle", como diciendo que aquí todo se permite, que no hay responsabilidad que valga.

En la sala de internet que uso para escribir esto, el dueño usa una moto pequeña para ir de aquí a su pensión, a una cuadra de distancia; usa una moto grande para ir a su casa, que supongo estará a unos kilómetros de aquí, y una bicicleta cara para pasear una vez por semana.

En este negocio, se venden tarjetas de prepago de teléfono móvil, por cientos. Es deprimente. Gente que ganará unas décimas de centavos revendiendo para las empresas de monopolio del habla-olvido-desconocimiento que habitualmente es el teléfono el derecho a hablar-olvidar-desconocer.

La propaganda al costado derecho de la pantalla en el correo Yahoo: que vea los nuevos SUVs, y no sé qué más de carros...

Los acoples de transporte de carros importados que vi hoy en una avenida...

Así, no hay mañana. Así, esto se muere.

miércoles, 11 de octubre de 2017

Ratas en suelo, aplastadas

Casi todos los días, desde hace dos semanas o algo más, veo ratas aplastadas por los carros en el asfalto de la ciudad. Debe ser el calor que aumenta su número. Hoy, en la misma cuadra de donde alcé una paloma deshecha por los carros, una rata. Pero no la alcé. No las alzo. Tengo vergüenza, tengo miedo, los mismos miedo y vergüenza que antes sentía para levantar pájaros rotos. Todavía no alzo ratas. Además, sacándolas de la calzada, ¿dónde dejarlas? No es lo mismo dejarle a la gente una paloma muerta en la acera, cerca de la puerta de su casa, de la puerta de su negocio, que dejarle una rata, casi siempre tan reconocible. A ver si me animo, a ver cuándo me animo a librar de más desacración a los cuerpos de animales matados en las vías.

Lista de textos con palomas y otros animales muertos en las vías, en este y en el anterior cuadernos :

http://cuadernociclista.blogspot.com/2017/10/la-punta-de-mi-zapato.html
http://cuadernociclista.blogspot.com/2017/10/frialdad.html
http://cuadernociclista.blogspot.com/2017/09/ave-suelo-asfalto-maquina-donde-estamos.html

Escribiré

Voy a escribir :

-- Semblanza de un ciclista que es dibujante, fotógrafo, archivista, y más de él.

-- Mis veinte años ciclistas en Cochabamba.

-- ¿Quién podría conversar conmigo? ¿Alguien me lee o escucha? ¿Tiene alguien hoy palabra propia y querría hablar conmigo, que la tengo? -- Yo igual sigo con este cuaderno, que sirve y servirá a ciclistas y a otra gente de acá de Cochabamba. (Empezando hoy, una semana después, a releer a Orwell, veo cuánto se parece esta anotación a las de Winston al inicio de su diario.)

jueves, 5 de octubre de 2017

Luna y cielo. La caída

Detrás de los edificios sale la luna que es llena. Cómo será verla salir en lugar plano, fuera de la ciudad, sin estorbos. Camino hacia ella, los volúmenes de cemento la tapan, y ella puede volver a salir para mí. La luna llena es grande, es muy redonda, es hermosa. Verla fue sorpresa, y ahí pensé en Dios. Aprenderé a separar al Señor de sus creaturas. Buen rato antes de verla a la blanca, el color del cielo al poniente es celeste pálido metálico, zas, vuelco a mirar al lado opuesto, y el color del cielo es azul casi profundo lucido. Ah.

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Las gentes caminan, van rápido por las calles, casi corren. ¿Adónde van? Será la hora de cenar. Ellos, ellas tropiezan en las calles, se rozan, se frotan, sin conocerse, sin verse, sin sentirse. Se creen libres... pero nada más están sueltos, perdidos y cayendo (en el desconocimiento de sí mismos, en la abolición de la sola puerta para empezar a verse a sí), solos, tropezando y cayendo -- aunque solo parezcan caminar por la calle.

lunes, 2 de octubre de 2017

En la esquina de la Lanza con Uruguay

Echado sobre la acera, estorbando el paso, el perro grande y ya viejo, de color pardo, robusto perro de calle, de los que les va bien o pasablemente en la calle. Son pocos los transeúntes que lo tocan. Él apenas se da por enterado. Es en la esquina de Lanza con Uruguay, en el mercado Calatayud, a las siete de la noche de este día lunes. Cuánta más gente pasaba a esta hora por aquí el año pasado, y cuánta más el anteaño. Bajó mucho el movimiento en este mercado.

Por la calle pasa, atronando, un micro de la línea letra elle (muchos de los micreros de esta línea son intemperantes), para llegar a la esquina con el semáforo ya en rojo, y pasar nomás; usa todo el ancho de la calle, sin dejar espacio para nada más (¿y si, entre los carros estacionados, una wawa asomara la cabeza? ¿y si al micro se le enganchara en un remache el borde de la pollera o de la manta de una khatera?). Parecidos son algunos camionetudos, esa gente salida de la Cancha, producida por la Cancha, pero que, desde hace unos años, están asolando las canchas: se acercan a los peatones para intimidarlos con sus SUVs. Y hay muchos taxistas que, si les das espacio, te hacen apartar con miedo. Pero también hay gente de la que maneja carros que son hasta por ahí tolerantes.

La esquina donde el perro pasa una media hora echado, empieza su actividad de noche. La anticuchera (una de las cuatro hermanas herederas de una famosa vieja ya finada, hijas que se turnan de a dos noches cada una la explotación de la esquina) llega en taxi, descarga sus bártulos con ayuda, acomoda los carbones en su base de lata, hecha un chorro de combustible, enciende el fuego, coloca su mesa, pone a mano las bolsas, los sorbetes, alista la mesita del refresco, abre la canasta (de plástico) con lonjas de carne de corazón de res ya ensartadas en varillas de rueda de bicicleta, hace a su hija el encargo de ir a buscar monedas para dar cambio a los clientes, se alisa la cofia que le cubre el cabello.

El perro se levanta para ir a la vuelta de la esquina, a confraternizar con el abuelo perro dueño de este lugar, un mimado perro grande de color café oscuro, casi negro. Ahora, media hora después, siguen amistando, aquí, a la puerta de esta sala de internet.

Frialdad

Las patas de la paloma están frías. No recordaba haber tocado antes una pata fría de paloma muerta (de una hasta tres palomas muertas recogidas de las calles de la ciudad, cada día, llevadas desde el asfalto, donde las ruedas de los carros las seguirían aplastando, hasta algún parche de tierra alrededor de un arbusto en la acera, hasta un basurero, o simplemente hasta el cemento de la acera). Debe ser que todas las de antes fueron siempre palomas con más de medio día de matadas, algunas con más de un día de matadas, y, así, cuerpos de palomas en curso de resecamiento; en cambio esta paloma parece haber sido pisada hace unas pocas horas, y sus patas, de donde la tomo para arrancarla del asfalto, están frías. De ella, quedan unas plumas, pegadas a la calzada con algo de sangre todavía líquida pero ya empezando a espesar, y algo de carne, rosada, pringosa.

Es la esquina triple de las calles Ecuador y Hamiraya con pasaje ..., el pasaje que apunta, sin llegar a él, al puente Cobija. Fue anteayer sábado en la noche, a eso de las nueve y media. Dejé el cuerpo dentro de un cuadrilátero envuelto en malla de gallinero que rodea a un arbusto en la acera, ante la puerta de una tienda o pequeño supermercado.

Lista de textos con palomas y otros animales muertos en las vías, en este y en el anterior cuadernos :

http://cuadernociclista.blogspot.com/2017/10/la-punta-de-mi-zapato.html
http://cuadernociclista.blogspot.com/2017/10/ratas-en-suelo-aplastadas.html
http://cuadernociclista.blogspot.com/2017/09/ave-suelo-asfalto-maquina-donde-estamos.html