lunes, 2 de octubre de 2017

Frialdad

Las patas de la paloma están frías. No recordaba haber tocado antes una pata fría de paloma muerta (de una hasta tres palomas muertas recogidas de las calles de la ciudad, cada día, llevadas desde el asfalto, donde las ruedas de los carros las seguirían aplastando, hasta algún parche de tierra alrededor de un arbusto en la acera, hasta un basurero, o simplemente hasta el cemento de la acera). Debe ser que todas las de antes fueron siempre palomas con más de medio día de matadas, algunas con más de un día de matadas, y, así, cuerpos de palomas en curso de resecamiento; en cambio esta paloma parece haber sido pisada hace unas pocas horas, y sus patas, de donde la tomo para arrancarla del asfalto, están frías. De ella, quedan unas plumas, pegadas a la calzada con algo de sangre todavía líquida pero ya empezando a espesar, y algo de carne, rosada, pringosa.

Es la esquina triple de las calles Ecuador y Hamiraya con pasaje ..., el pasaje que apunta, sin llegar a él, al puente Cobija. Fue anteayer sábado en la noche, a eso de las nueve y media. Dejé el cuerpo dentro de un cuadrilátero envuelto en malla de gallinero que rodea a un arbusto en la acera, ante la puerta de una tienda o pequeño supermercado.

Lista de textos con palomas y otros animales muertos en las vías, en este y en el anterior cuadernos :

http://cuadernociclista.blogspot.com/2017/10/la-punta-de-mi-zapato.html
http://cuadernociclista.blogspot.com/2017/10/ratas-en-suelo-aplastadas.html
http://cuadernociclista.blogspot.com/2017/09/ave-suelo-asfalto-maquina-donde-estamos.html

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