miércoles, 25 de octubre de 2017

La punta de mi zapato

La carne de color rosa naranja de la paloma que hoy saqué de la calle estaba pegada al suelo y ella tan deshecha, que, no animándome a tocarla con las manos, la desprendí con la punta del zapato. Recién entonces, agarrándola de la punta de las alas, la llevé a la acera cercana. En una zona muy apartada, residencial, entre los puentes de Quillacollo y Huayna Kápac, donde, años atrás, solía haber muy poco tráfico, y hoy tuve que sortear carros a toda velo -- a más de treinta por hora -- girando una esquina. Por ahí estaba la paloma tirada en el suelo, difícil de despegar.

Y hoy vi una rata pisada sobre el asfalto, que tampoco retiré: no me sale, me cuesta empezar.

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Carros a toda hora. Camino pasada la medianoche por mi barrio; ayer fue viernes, hoy está entrando el sábado; casi no hay gente a pie; pero los tristes atronan con sus motos, sus carros, algunos de ellos borrachos, con música fuerte, insoportable.

Los carros sobreabundan. Voy por calles donde sé, recuerdo que hace diez años, hace cinco años, a esta hora, no había ninguno en muchos minutos, donde uno podía pasear, estar tranquilo, y hoy: montonera de carros estacionados, ocupando el espacio, y tráfico, flujo indeseable, siendo sábado en la tarde.

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Lista de textos con palomas y otros animales muertos en las vías, en este y en el anterior cuadernos :

http://cuadernociclista.blogspot.com/2017/10/ratas-en-suelo-aplastadas.html
http://cuadernociclista.blogspot.com/2017/10/frialdad.html
http://cuadernociclista.blogspot.com/2017/09/ave-suelo-asfalto-maquina-donde-estamos.html

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