domingo, 30 de junio de 2019

Mi invierno

Empieza el invierno. Para volver a casa, de noche, uso ahora unos guantes (hallados en la carretera, donde alguien los había perdido) que dejan desnudas las falanges externas; uso chalina (también heredada de algún desconocido que la dejó caer en mi camino), y una de las noches pasadas en que me moví más tarde de lo habitual, forré mi gorra con un chulo de lana sintética, que ¿cómo, dónde creen que lo conseguí?

martes, 25 de junio de 2019

Maltrato a la bici

Anoche pisé con la rueda trasera un fierro grueso y filudo que sobresale del pavimento en la cuadra que sube desde la av. Reducto al cementerio de Colcapirwa. Primera vez que soy tan torpe. Y eso que había toda una curva amplia para torcer esa esquina. Es fierro cortado del anclaje de una pieza de rompemuelle, cortado con amoladora.

En la noche, en casa, tocando la llanta, levemente baja. Se resintió mi rueda. Hoy tuve que inflarla un poco, y creo que no seguirá necesitándolo. Interesante. El trauma hizo salir un poco de aire, supongo que por la válvula. (¿Por dónde más?)

Otro maltrato, esta vez de la rueda delantera, de su aro, al golpearlo a velocidad excesiva contra un rompemuelles, culpa del motorista que me encandiló, no hace falta poner dónde (es que no lo recuerdo...), pero fue hoy, miércoles 2 de julio, a eso de las 22h, en el centro de la ciudad (creo... qué memoria la mía, o mejor, o, digo, peor, qué falta de memoria).

lunes, 24 de junio de 2019

Motorista amenazador

Minibús de la línea 208, con placa 1593 XYY, chofer de entre 32 y 35 años, moreno, de contextura media, de estatura baja, en la av. BG, hoy a las 12:15, entre el km 10 y el km 8,7 (se entiende entonces que fue de ida a la ciudad). Para adelantar al carro, también minibús, que iba por el carril medio, acelerando, se me acercó demasiado a mí que iba por el carril externo (de velocidad lenta), pasó a unos 20 cm del costado de mi carga trasera, esto es, a unos 25 cm de mis hombros. Lo perseguí, alcanzándolo un km y 1/2 más allá, ante un semáforo en rojo. Me paré delante de él. Hizo unos gestos gruesos con los brazos. Le dije fuerte que no debió hacer lo que hizo, que él lleva un peso de unos 3 mil kilos y yo en cambio, hasta 100 kilos, que él es peligroso, que no debe acercarse tanto, a la velocidad a la que se acercó, a ciclistas y peatones. El pasajero de adelante a la derecha, un hombre de hasta 60 años, muy bajo, muy del valle, hizo gestos también con los dos brazos, muy enfáticos, y luego hizo el gesto de apuntarme con un dedo índice estirado hacia mí.

Pie de paloma sin dedos

Melo cree que esas palomas con una pata que es muñón, sin dedos, pueden haber sufrido la trampa de una reja sumidero de alcantarillado. Héctor dice que los nidos de algunas (o muchas) aves urbanas están hechos hoy con material sintético (a mí esto me consta). La idea anterior de que en Cochabamba algunas palomas pierden los dedos de sus patas, enredándose con hilos que han sido atrapados por el asfalto de las calles (idea que alguien me pasó) me parece ahora menos probable.

Una paloma sin los dedos de una pata, si es hembra, lleva una vida no del todo disminuida, pero si es macho, supongo que le costará cruzar.

Hace ocho años que vi la primera paloma así minusválida, en el segundo piso del Yarqaymercado, y siendo comensal asiduo de ese comedor, como sigo viendo allí palomas así, toleradas y hasta recibidas por las comideras, supongo que serán las de enésima generación así lesionadas.

Hoy alcé una paloma muerta ¿de dónde? Ahora mismo tendría que hacer memoria, no recuerdo... fue un día muy lleno de cosas, de visitas... y alzar de la calle una paloma pisada por carros, o dos palomas pisadas por los carros, o tres y hasta más palomas matadas en las calles por los motoristas, es algo de todos los días, o de casi todos los días.

viernes, 14 de junio de 2019

El ciclista (4)

Dice hoy el ciclista que se prestará, o bien dos mil o bien tres mil dólares, para comprarse más bicicletas caras. Le digo que está en otro nivel, en un nivel o estrato o lugar o intención diferente de los míos.

El lugar o la intención del ciclista corredor, a diferencia del mío, que es el de la subsistencia (palabra dura, relacionada directamente con lo que Dios es y hace, con lo que Dios hace hacer a sus siervos), es el del salto al vacío de la clase media en busca de ser algo diferente a la clase media : salto al vacío, huida hacia adelante, quema de las naves, patear el tablero de juego. Se trata de ponerse radical, incambiablemente al servicio de los que mandan, de convertirse en siervo voluntario de los príncipes de este mundo. Yo también soy siervo voluntario, no lo niego, pero de otra clase.

Está ganando ya, el ciclista corredor -- que no llega aun a los veinte años de edad -- algunas carreras, luego de apenas dos años y medio corriendo.

jueves, 13 de junio de 2019

Buen viaje

Esta noche me acerqué a la flota Bolívar que, parada en el kilómetro cinco, alzaba, supongo, pasajeros para Oruro o La Paz, me le acerqué por la izquierda, y al muchacho que la manejaba, de unos treinta años, le dije que es un conductor respetuoso, que se cuide, y que él y sus pasajeros tengan buen viaje. Me había adelantado en el kilómetro tres, luego de esperar media cuadra que hubiera campo suficiente para hacerlo, y esperó sin bocinear, y se acercó nada más lo necesario, no me atosigó, y como venía frenando, y esas máquinas son silenciosas en esa circunstancia (y en otras), no lo sentí llegar, pero aun así, no me alarmó. Era un bus cama de dos pisos.

jueves, 6 de junio de 2019

Camiones cargados en la avenida

Veo muy seguido camiones con acoplados llenos de carros nuevos que entran al mercado del valle y que van hasta el de de Santa Cruz. Y cada vez veo camiones que cargan máquinas de construcción, esas palas excavadoras, los bulldozers, las llevan a donde harán su trabajo de destrucción. También veo muchos camiones volquetas que trasladan arena, cascajo-grava-ripio y piedras desde los ríos del valle, destruyéndolos, hacia las construcciones de casas. En esta semana vi una piedra algo más que pequeña de tamaño que, impulsada por la rueda de un carro, pasó a menos de dos metros de un niño que con su familia estaba a la vera de la avenida, y también sentí pasar otra piedra no demasiado lejos de mí que usaba la avenida en bicicleta, para ir a estrellarse más allá contra algo de lata; son piedras, muchísimas, derramadas por las volquetas. Veo pasar camiones muy cargados de fierros, tubos de construcción. Veo cada día, por los diferentes lugares del valle por donde me muevo, esos camiones con un tanque lleno de cemento y arena y agua, tanque que va dando vueltas mientras el camión avanza, llevando el monstruoso fruto de su vientre a las construcciones de casas. También vi el otro día un camión con un tanque de cemento seco... horrible... de solo pensar en lo que lleva dentro. El cemento abre heridas en la piel de las personas que trabajan con él -- se los digo yo que lo he hecho muchas veces. El cemento coagulado en concreto es cortado hoy, para diversos fines, con máquinas eléctricas, las sierras circulares, muy productoras de accidentes que van desde pequeños cortes en las manos o otros lugares de los cuerpos de los albañiles, pasando por la pérdida de partes de los cuerpos (sobre todo, dedos), hasta la muerte. Veo cada día camiones que van muy cargados de pollos, cada animal en su caja de plástico; los llevan desde las granjas-prisiones-centros de tortura hasta los mataderos. Veo camiones cisterna con leche. Veo camiones que rebalsan con el forraje que llevan. Veo muchos vehículos cerrados y vehículos abiertos que llevan gente de sus casas a sus trabajos, gente que es llevada y traída, estoy seguro, muchas veces, sin saber bien ellos desde dónde los recogen y a donde los llevan... Veo hombres y mujeres que manejan ¿manejan o son manejados por? sus autos o sus motos. ¡ La tensión visible en el codo del motorista hombre, sobre todo, indicadora de autocomplacencia ! Es para llorar. Veo, hay días en que me pongo a ver, los costados de la avenida, llenos de casas en construcción, casas donde se hace comercio, un comercio que destruye los modos de relaciones de la gente de este valle, un comercio que es la muerte social de las gentes de este valle.

Todo esto y mucho más veo a diario. Es que uso la av. BG todos los días. Y uso otras vías motorizadas de este valle, donde la cosa, sin ser tan seria, es fregada.

Una cosa a ponerse a mirar en la Blanco Galindo es la cruz de metal del quilómetro once, hay que ver cada uno de sus pequeños cuadros, qué dicen, qué muestran. Uno de ellos es de una colisión de tráfico.

lunes, 3 de junio de 2019

En la terminal de buses

Echado sobre el asiento de la terminal de buses, un gordo alto, tan moreno como yo. Creo que pasa de los cien kilos. Qué gente más grande hay ahora. Le salen unos pelos sueltos de la quijada. Sus brazos tiemblan. Parece que el sillón lo masajea. Tiene los ojos cerrados, disfruta. El letrero frente a él le pidió que pusiera una moneda antes de subirse al sillón, y él hizo caso. Otro letrero le dice que se baje en cuanto el sillón empiece a sonar, y él hará caso. Sentado detrás de él, yo converso con mi madre, y nuestro banco es remecido gratis por el retemblar de los muslos del muchacho que a nuestro lado reprime la necesidad de abrazar más estrechamente a la muchacha que a su lado se aguanta el impulso de estrujarlo.

domingo, 2 de junio de 2019

Árboles atacados recientemente

Cuatro (estimo, no lo sé con seguridad) pinos de más de 30 años de edad en la entrada hacia el sur de la avenida Blanco Galindo en el kilómetro 8. Los sacaron para dar paso a los carros que entrarán y saldrán de la puerta ancha recién abierta allí para la barraca Mavari. Las excavadoras no dejaron huella de ellos, sacaron afuera las raíces y aplanaron el terreno. Hace poco más de un año, en horas del día, defequé allí, protegido de las miradas de la gente por los troncos de alguno de esos árboles y por la "maleza" circundante. Esto es destrucción, es empobrecimiento.

Molle rameado a media altura del foso del canal de la avenida Tadeo Haenke, al norte de la laguna Coñacoña. Cortada una de sus ramas gruesas, a metro y medio a 2 metros del suelo, me parece que para despejar el paso de unos cables eléctricos o de comunicaciones. Es un molle de hasta 40 años. Veré más detalle.

Molle talado en la av. BG, ya pondré dónde, debo fijarme de nuevo.

Muchos paraísos rameados salvajemente en la placita de la av. V.U., km. 8 y pico, acera sur, para quitarles bulto a la altura de la gente, buscando hacerlos más altos. Son árboles de hasta 30 años.

Paraíso arrancado tocón y todo de la placita de la av. V.U., km 7 y 1/2, frente a la Aduana Nacional; el letrero de la obra dice "... área verde"... Parece que fue un árbol de hasta 40 años.

Ver http://cuadernociclista.blogspot.com/2019/10/mas-arboles-derribados.html, http://cuadernociclista.blogspot.com/2019/08/arboles-recientes.html

sábado, 1 de junio de 2019

Bronce amarillo

Anoche, por terreno disparejo, se me soltó el guardabarros delantero, por segunda vez en medio año. Tuve que ir acomodándolo cada vez. Al final se quedó quieto. Hoy lo hice soldar, con el tornero viejo de la plaza San Sebastián. Bien. Ahora tengo tres puntos de bronce adonde mirar desde mi altura de ciclista: uno a cada uno de los lados de las asas de la horquilla delantera y el tercero en el ápice del guardafangos.