Bronce amarillo
Anoche, por terreno disparejo, se me soltó el guardabarros delantero, por segunda vez en medio año. Tuve que ir acomodándolo cada vez. Al final se quedó quieto. Hoy lo hice soldar, con el tornero viejo de la plaza San Sebastián. Bien. Ahora tengo tres puntos de bronce adonde mirar desde mi altura de ciclista: uno a cada uno de los lados de las asas de la horquilla delantera y el tercero en el ápice del guardafangos.
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