Incidente con trufi
El hombre moreno, voluminoso, de hasta sesenta años que hoy a las 20:45h manejaba el trufi color rojo, nuevo, con placa 4767 FFT, pasando por la calle 25 de Mayo buscó -- o así lo sentí yo, porque no disminuyó nada su velocidad de hasta 20 kmh-- golpearme a mí que pasaba en bicicleta por la Ecuador con el semáforo en rojo. Lo alcancé en la esquina Colombia. Le pregunté si lo había hecho a propósito. Dijo, y vez tras vez, pese mi insistencia en que ese no era el tema entre nosotros, seguiría diciendo que el semáforo estaba en rojo para mí, cosa que yo reconocí. "El semáforo en verde no te da derecho a tocarme con esto", le dije, poniendo mi mano sobre su lata. Hablando, le hice pasar dos períodos de colores verdes del semáforo. Me asombraba su aparente, visible serenidad, en la mirada, en el ritmo de su hablar. Pero su bucle vicioso sobre su (casi explícitamente autoadjudicado) derecho a golpear con su carro a un ciclista que pasa el semáforo en rojo, no era sano, y se lo dije: "Si lo hiciste a propósito, tú no estás bien -- aquí me llevé un dedo a la sien --, busca ayuda". Aquí dijo que no lo había hecho a propósito, y volvió, por cuarta vez a hablar del semáforo. Antes de irme, le dije, advirtiéndole que repetiría lo ya dicho, que su carro es una mole semiblindada de entre dos y dos toneladas y media y que puede dañar a la gente no protegida como yo sobre mi bicicleta, y que los semáforos solo dan preferencia de paso, no dan derecho a golpear a otros usuarios de las vías, sea cual sea su situación. Esto no lo saco de mi (nula) memoria de las leyes de tráfico, sino del sentido común.
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