miércoles, 30 de mayo de 2012

Volantes Tipnis

[Republico de octubre 2011.]

En octubre pasado estuve dos semanas con la marcha indígena de la CIDOB y el CONAMAQ por el TIPNIS, una semana de camino y otra semana parqueados, días y noches, en la plaza Murillo de la sede del gobierno boliviano.

Todavía aquí en Cocha, un día antes de partir, salimos (en destartalado carro) gente, éramos cinco, de los cuales dos con guitarras, a pedir que en los mercados de la zona noroeste del Cercado, las caseras nos regalen víveres. Nos donaron papa, cebollas, fideos, arroz, cacao (y verduras y mucha fruta, que los recolectantes nos comimos ahí nomás), un oso peluche, papel para dibujar, y cerca de setenta pesos. La plata la entregué a la Campaña en Defensa del Tipnis en Cochabamba; los víveres los entregué, en Yolosa, estando ya en la marcha, a la gente del COAMAQ, y sirvieron para alimentar, entre otros, al que esto escribe.

A las donantes, vendedoras de los pequeños mercados zonales de Condebamba, el Cruce de la Taquiña, Trojes, les entregamos los mensajes que abajo copio, que, temprano en la mañana de ese domingo, los recolectantes habían escrito a mano, con marcadores, sobre papel sábana :


Linda, mejor podrá ser la vida toda si vencemos hoy junto con los indígenas de tierras bajas que marchan para salvar su territorio que es nuestro parque. A mucho más nos atreveremos al día siguiente.

El TIPNIS es de los y las cochabambinas, de las y los benianos, es de Bolivia toda. El TIPNIS es patrimonio, es un bien que no se vende, no se negocia. No será destruido.

Han de vencer los indígenas en marcha:
No habrá carretera.
El TIPNIS quedará.
La octava marcha indígena triunfará.
TIPNIS resiste y vence!

Autonomía y Libertad.
Pueblos indígenas:
RESISTENCIA
No nos partan por el medio.
Pueblos indígenas:
¡RESISTENCIA!

Si no hubiera Isiboro Sécure yo sería menos, tú estarías mal, nosotros seríamos peor, todo estaría para el carajo.
Carretera nunca
Selva hoy

Cochabamba apoya a los indígenas, ellos son hoy, en septiembre-octubre de 2011, el corazón social de Bolivia. Ellos vencerán, conservando para todos el parque TIPNIS, que es su territorio. Su lucha es nuestra.

25 de septiembre de 2011: el gobierno boliviano reprime a los indígenas de tierras bajas en marcha hacia La Paz, agrieta el corazón de su alianza social básica, se hiere de muerte.
¡TIPNIS resiste y vence!

Unos cientos, poco más de mil indígenas en marcha desde Trinidad (de donde salieron el 15 de agosto) hasta La Paz (adonde llegarán a mediados de octubre de 2011), pasando por Yucumo (donde fueron golpeados por la policía el 25 de septiembre), son la sangre, el aliento, el sudor, el vigor [=el nervio] de los pueblos de Bolivia que no renuncian a la soberanía.

Si La Paz, a un lado, y Santa Cruz al otro lado, son los brazos del mapa del país; si Tarija o Pando son sus pies o su cabeza, el TIPNIS es su corazón.
TIPNIS resiste y vence!

Habitan el TIPNIS:
108 especies de mamíferos
470 especies de aves
39 especies de reptiles
53 especies de anfibios
188 especies de peces
602 especies de plantas
Esto es lo que se conoce. Pero ese territorio indígena y parque nacional guarda seres aún desconocidos. No permitamos que una carretera los destruya
Carretera nunca
Selva hoy

Estamos tan encerrados en nuestro pequeño mundo urbano que pocos (pocas) de nosotros (nosotras) iremos alguna vez a buscar a los yuracarés en su loma santa. Sí, algunos van al Isiboro Sécure, por motivo de trabajo, ganando plata de algún proyecto.
Nos perdemos ese otro mundo, esa vida diferente que quizás nos haría mejores, si sólo, imaginando, y viajando allí, animándonos a lo desconocido, viviésemos días y días en la selva.

El TIPNIS es apenas la centésima parte del tamaño de Bolivia, pero conservarlo es casi todo nuestro presente. Si lo perdemos, el mañana sería menor, triste para todos, todas.
TIPNIS resiste. TIPNIS vence.

Con un préstamo brasileño, Bolivia gastaría 400 millones de dólares para destruir el Isiboro Sécure. Si permitimos que eso ocurra, Brasil y Bolivia seguirán con la destrucción de pueblos y tierras que serían las 4 represas en ríos amazónicos: 2500 millones de dólares.
Pero no, nosotros lo impediremos.
TIPNIS resiste
Vence TIPNIS

Luchamos por lejanos bosques, que no conocemos, para que no desaparezcan. Luchamos por lo que no sabemos cómo será, para, pronto, animarnos a conocer, tomándolo en nuestras vidas, eso que, aquí cerca, debemos proteger: el río Rocha, la laguna Alalay, el parque Tunari, los cerros, la cordillera del Tunari, los campos de cultivo del valle de Cochabamba.

El TIPNIS hoy, resguardarlo, acompañando a la marcha indígena. Pero, también hoy, nuestro río Rocha, limpiarlo de basura industrial, y la laguna Alalay, limpiarla, que en ella se pueda nadar otra vez. Y además: producir menos basura. Usar menos aparatos importados. Menos agua, o mejor dicho, consumir apenas las cantidades justas de agua. Aprender a hacer cosas con las manos, en familia, recreando comunidades, grupos de acción, de vida en común, reaprender a hacer las cosas nosotros mismos.

Usamos muchas, demasiadas bolsas plásticas en Cochabamba. ¿No es acaso feo ver cómo vuelan por todos lados, ensucian la tierra, la deslucen con sus colores que se desvanecen?

Aquí en esta ciudad, ¿tenemos cielo? El cielo se hace estirando los cuellos, doblándolos a todo lado, es la costumbre de dar formas a las nubes [o de descubrir sus formas latentes, revelándolas en nuestra cabeza...], la de acomodar y reacomodar estrellas como figuras de artificio, la que nos hace hacer al cielo, y, claro, que el aire esté limpio.

¿Quiénes tienen la culpa de que el Tunari no tenga más nieve o de que tenga muy poca nieve? ¿Qué podemos hacer para recuperarlo, o eso, que depende del calentamiento mundial (del capital mundial), está fuera de nuestro alcance?

¿A quiénes sirven los distribuidores vehiculares / pasos a desnivel por encima / debajo del río Rocha? ¿Quiénes decidieron su construcción? Por ellos no se puede caminar tranquilamente. Son sólo para la gente en auto.

Hagamos, ya, 52 = cincuenta y dos días sin autos en Cochabamba, en el país, un día limpio cada semana, un día seguro, y sin ruido, un día sano por cada siete días.

Preservemos el uso agrícola de las pocas tierras que aun se cultivan en el valle de Cochabamba, limitemos el crecimiento urbano. ¿Nos comeremos acaso cemento, yeso, o vidrio, cuando no crezca más maíz, ni trigo, ni verduras en esta tierra?

Una ciudad en que unos comen y gastan de más, mientras otros, ensuciándose con la basura, en ella hallan subsistencia limitada, ¿está bien?

Debemos enlazar las luchas medianas (TIPNIS, Mutún, Uyuni, S.Bartolomé) con las luchas grandes (no a las represas en la Amazonia) y con las luchas “pequeñas” o locales (en Cochabamba, limpiar el río Rocha, la laguna Alalay, producir menos basura, respetar el parque Tunari, conservar el valle agrícola, limitar la urbanización.

Ríos contaminados:
Pilcomayo, por las minas
Rocha, por las industrias
Piraí, por la agroindustria química
Choqueyapu, por el municipio de La Paz
Debemos limpiarlos

Minas a cielo abierto:
San Cristóbal
San Bartolomé
Mutún
(Uyuni)
También son minas abiertas las canteras de piedra mármol, de piedra caliza, los cerros bajados para hacer cemento en polvo, los lechos de los ríos de donde sacan áridos para la construcción. Paremos esta devastación, exijamos pausa a la minería a cielo abierto.

Los textos de varios volantes se quedaron con las khateras, los recolectantes ya no los recordaron.

Al republicar esto, siete meses después, la convicción se fortalece en esta lucha que aun no ha terminado. ¡Vamos! ¡Tipnis resiste, Tipnis vence, carajo! Contra el estado, nuestra fuerza: aquí estamos, como hombres y mujeres sin más, y estaremos aquí.

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