sábado, 26 de octubre de 2019

Bloqueos en Cochabamba

Bicicletas en las calles urbanizadas del valle de Cochabamba, gente que usa bicicletas en esta semana en que los barrios de la "clase media" mestiza o aspirante a mestiza bloquea sus calles en contra del gobierno de Morales. Pocos motores en movimiento durante algunas horas de los días, lo que me gusta. Pero no me gusta el modo de bloquear, impidiendo el libre movimiento de la gente en bicicletas. Los bloqueadores igualan a ciclistas con motoristas de moto y de carro, al hacernos bajar de nuestro vehículo en cada punto de bloqueo para pasar lentamente.

Tampoco me gusta la clase media bloqueadora ni su reivindicación. Habitualmente son una o más familias que ocupan una esquina o parte de la vía, donde pusieron obstáculos al movimiento : una cinta que cruza de lado a lado, unos pedazos de madera, unas piedras, unas bicicletas de niños, tiradas en el suelo, gomas usadas, o los propios carros de esa gente bloqueadora, sino no es que pusieron ramas que acaban de quitar a los árboles y plantas cercanos. Y la gente misma es el tipo de gente creada por la economía-sociedad vigente. En verdad, si no fuera por el desubicado prejuicio racial antiindio que tienen y por su insuperable desorientación política, esta gente debería apoyar al gobierno de Morales, cuyas políticas en los últimos catorce años (así como las políticas de los gobiernos anteriores) los han creado, sacándolos de las masas de pobres cholos e indígenas, para llevarlos al consumo social, cultural y ecológico de mercado de clase media : educación jerarquizadora, olvido de los restos aun conservados de lengua nativa y uso del castellano, abandono creciente de la reciprocidad, vida urbana, consumo imitador del consumo de la clase media mestiza establecida (por ejemplo, el sueño y el camino hacia el sueño de la casa particular, el uso del ladrillo en lugar del adobe, uso creciente de electricidad, uso de carro a motor o motocicleta, abandono de la manufacción personal o familiar de la ropa y cosas parecidas).

No apoyo al gobierno de Morales, no estoy de acuerdo con su política. Hace unos años fui apresado dos veces, por unas horas, y fui procesado judicialmente, por mi oposición activa a la política antiindígena y antinaturaleza de este gobierno. Pero menos me gusta la gente del otro lado. Ayer, mientras esperaba que doña Matiasa preparara mis salchipapas, en el mercado Calatayud, oí a una muchacha que esperaba lo mismo, contar que su padre pagó a no sé quiénes cien bolivianos por cabeza a la mostración de una fotografía de la papeleta en la que habían votado por un partido de la oposición. La muchacha dijo que ella no votó. Yo, hace años que no voto. Del lado del gobierno, sé de prácticas igualmente rechazables, como la movilización pagada de masas de gente desde el campo para defender al gobierno en las ciudades. Y esa gente campesina o popular llevada y traída es parte de los sectores ("colonizadores" cocaleros del Chapare, gremiales comerciantes, mineros cooperativistas, regantes en Cochabamba), cuyos dirigentes y algunas capas de su masa han sido beneficiados en los últimos años con políticas específicamente dirigidas a su integración más intensa en los mercados. Los pasados catorce años de gobierno significaron ataques del estado y el capital, mucho más vigorosos que los de los años anteriores para destruir a las sociedades y las culturas bolivianas, para desperdigar a los bolivianos, deshaciendo a sus familias, haciéndolos dependientes del mercado, aislándolos. El gobierno masista ha podido hacer esto con eficacia porque, siendo "popular" e "indígena", tenía cercanía a las dirigencias de los sectores sociales y étnicos contra cuyos intereses conspiró (desde dentro y con know how sindical), en favor del capital mundial. Así, pudo desorganizar a los pueblos indígenas bolivianos, comprar a sus dirigentes, y derrotarlos.

En fin, yo rechazo al gobierno, pero también rechazo a la oposición, que me parece falsamente opositora. Morales gobierna básicamente para los grandes terratenientes cruceños, aliados a los bancos, y a través de éstos, del capital brasileño, que es parte activa del capital mundial. Son exactamente esos los patrones de los supuestos opositores políticos. Así que esta es una farsa. La probable permanencia de Morales en el gobierno ¿qué implicaciones tendrá para una (ojalá) desaceleración de la destrucción de sociedad y naturaleza en Bolivia?

Cuatro días después. La táctica de la oposición es enfrentarse como ciudadanos organizados contra otros ciudadanos organizados... exactamente la misma táctica que el gobierno del MAS usa desde hace más de una década.

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