Cosas de hace quince y más años
Hoy mi hijo me muestra copias de separatas que hace quince años y antes publiqué en un diario local sobre temas de ciclismo urbano. Un amigo suyo y mío se las regaló.
El pasado. Las cosas que desde el pasado vienen y uno (yo) que las recibe (las recibo) sin saber cómo asimilarlas.
Para empezar, ahora soy otro ciclista del todo: manejo, maniobro mejor yendo lento, y voy bastante más lento, porque envejezco, por ser postprostático, y también por gusto y por tiempo sobrante; soy más flexible al pendular entre la rígida defensa de mi espacio ciclista ante los motoristas, cuando mi ánimo está alto y donde hay campo, y modos personales diversos de apartarme por propia voluntad y aun de buscar ir por donde y cuando no haya ningún auto; y siento a veces que disminuye mi maniobrar a mayor velocidad en lugares estrechos, o sea que me vuelvo tímido, me arriesgo menos.
Para continuar, hace ocho años que dejé, quizás para siempre, los intentos de organizarme y luchar junto a otros ciclistas de este valle de Cochabamba en busca de seguridad, espacio y dignidad. Vi en ese tiempo moverse a los ciclistas jailas no diarios en pos de una ley anti-ciclista, o sea, los vi en el acto de perjudicarnos a los ciclistas diarios. Veo, sigo viendo aumentar la masa de motoristas con más carros, presentes a toda hora y por todo lugar: llegan, parece que cada día, camiones que arrastran acoples que cargan carros nuevos y viejos, y veo negocios de los que traen mitades aserradas de carros que, completados, serán echados a las calles. Veo y junto a los demás ciclistas y peatones sufro el cambio de conducta de los motoristas que, viéndose crecer en número y aprovechando nuestra falta de protesta y reacción, nos pasan más cerca y más rápido, o sea, nos respetan menos. Veo en estos ocho años a los ciclistas de clase media que, con indumentarias coloridas y en bicis fashion, pasean de noche en grupos. Veo disminuir el número de los dos tipos de bicicletas antes dominantes en el valle, la china de aro 28, sin piñones, y la montañera de aro 26, con piñones, reemplazadas cada vez más por bicis de aro 29, con piñones, más caras, de repuestos más caros y de arreglo más costoso. Vi las calles llenarse de ciclistas durante el mes de movilización urbana antigobierno de fines de 2019 y durante los cuatro meses de encierro por enfermedad mundial de marzo a julio de 2020.
Voy a ver si tengo guardadas copias digitales de las cinco separatas de entre 4 y 7 páginas publicadas entre 2004 y 2009.