La reventé

Inflaba, seguí inflando, me traicionó la muy abierta válvula de aguja, y reventé la cámara de aire de la rueda delantera. Cámara cambiada hace pocas semanas, con un solo parche. Tuve que comprar otra cámara, ahí mismo, fiándome del vendedor. (Amables este y su esposa, que ofrecen a los ciclistas del valle herramientas prestadas, por la compra de repuestos en su caseta, número 89 de la avenida Barrientos.) Y ese rato mismo había comprado llanta nueva. Compré ambas cosas de calidad media, lo único que hay. Gasto, cerca de sesenta pesos.

Ah, sigo aprendiendo a recambiar piezas de las ruedas, tardo, me sale no bien, reviso, rehago, hasta que sea suficiente.

Error de apreciación

Ruido desde el centro de la bicicleta. Es el eje central, me dije, los perdigones que lo rodean están triturándose. Tan pronto, me lamenté. Así, no me animaré a ir lejos, esta semana no paseo, seguí.

Y pensé esto tres días, ¡tres días!

Me habría bastado mirar allí, al centro de la máquina. O sentir, oír mejor, sin prejuicios. Es el brazo del pedal izquierdo que golpea la horquilla trasera; brazo que está torcido por una caída sufrida, la bici se fue a tierra de costado, al ser parqueada, amarrada. El ruido viene de fuera, no desde adentro.

Ahora sé. Es cosa de enrectar ese fierro, algo que solo podrá hacer un mecánico.