Las diferentes posesiones del ciclista y el motorista
ciclista / motorista
El ciclista tiene para sí a su cuerpo y a su máquina y a su habilidad para manejarla y a su conocimiento del lugar por donde va. El motorista, fuera de tener, en cierta medida, a su vehículo a motor, además de encerrarse él y sus pasajeros en el "espacio psicológico" aislante y exclusor, y de estar múltiple e incondicionalmente subordinado al régimen de la violencia social y ambiental, no tiene nada más, a no ser que contemos como una posesión la disposición, mostrada a intervalos, para herir a los otros hombres y mujeres que concurren con él en las vías, disposición que va junto a una cierta capacidad para, dado el caso, herir a esos otros concurrentes en las vías. (Los trayectos del motorista, al no ser vividos por él, no, al menos, como experiencia autónomamente sentida, no son de su elección.)
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