viernes, 2 de junio de 2017

Educación vial, por J. S. Dean

Sobre “educación vial” traduzco de J. S. Dean, 1947, Murder most foul. A study of the roads death problem (La más depravada muerte. Estudio del problema de las muertes viales), Londres.

. . . la “educación” es el peor entrenamiento posible para los niños como los motoristas del futuro, porque les enseña a creer que el motorista es el dueño del mundo y que el único rol para los otros usuarios de las vías, incluyendo a los niños menores y a las personas mayores y enfermas, es apartarse de su camino y que si, por no apartarse, son muertos o lisiados, se lo merecen. Mucho de la carnicería motorista puede, en verdad, rastrearse directamente a la aparición en las vías, cada año, de motoristas jóvenes criados en esta creencia malvada y destructora. En segundo lugar, la “educación” es el peor entrenamiento para los niños como ciudadanos del futuro, porque les enseña a aceptar el espectáculo de la carnicería motorista, con todas sus implicaciones, como normal y como algo a lo que deben someterse sin cuestionar. El espectáculo de niños pasando de un aula escolar donde se les ha hablado de las “grandes tradiciones de la libertad inglesa” a otra donde un oficial de policía les dice que a no ser que se aparten del camino del motorista serán muertos o lisiados y, por implicación, que se lo merecerán, no es placentero ni animador . . .

Una simple niña
que levemente respira
y siente su vida en brazos y piernas
¿qué debe saber de la muerte?


Todo, dicen los propagandistas de la “educación”. Meter la idea de muerte y destrucción dentro de sus cabezas. No dejar que nunca la olviden. Llenar con ella sus vidas. Enseñarles el miedo. Hacerlos asustar y mantenerlos asustados.

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