miércoles, 31 de mayo de 2017

Pérdidas

Hago lista de mis pérdidas.

La semana pasada, desapareció de la red el sitio Bike reader, donde yo entraba a leer cada tanto. Tenía muchos, quizá más de cien, textos, algunos de ellos de varias páginas, escritos en algo más de cien años, desde muy diferentes ángulos de visión sobre la bicicleta, los ciclistas y sus luchas, el ciclismo y sus espacios, las sociedades con más y con menos ciclistas, etcétera. Los textos fueron, muchos de ellos, copiados a mano por los tenedores del sitio. Acabo de ver que ellos buscan retener un sitio con nombre similar, donde, espero, volverán a poner su materia. (No recuerdo si guardo versión de la novela ciclista El hombre que amaba las bicicletas. Memorias de un autófobo, por Daniel Behrman. La buscaré. (Hallé lo que buscaba : http://notanothercyclingforum.net/bikereader/contributors/behrman/behrman.html.) No sé si guardé los textos de Jim McGurn. No creo haber guardado los de Jeremy Packer, sobre historia del ciclismo en Inglaterra y Europa.)

Hace dos años y más, salieron de la red, se ocultaron los sitios Granada vía verde y Martino Toronto photographer and biker. Ambos me daban insumos necesarios para mí. Los españoles eran anti ciclovías, el canadiense las apoyaba. Los sitios se convirtieron en sitios solo para invitados, y no me invitaron. Los españoles, luego de ser contactados a través de uno de sus miembros, dicen que ninguno de ellos mismos tiene acceso al material. Vaya.

El sitio ruso o chino de libros gratis, con más de dos millones de libros y no sé cuántos millones de artículos (algunos de volumen libro) tuvo que cambiar de nombre, pues le quitaron el suyo. Subsiste, pero amenazado.

Sitios donde habían relatos y textos sobre la masa crítica en diferentes lugares del mundo, fueron desapareciendo con el curso de los años. Desapareció un sitio donde unos chilenos habían puesto, en resumen, los resultados de moroso trabajo de lectura de estudios de investigación sobre las ciclovías. Yo había impreso el informe, y lo tenía. Pero se me ocurrió prestarlo... ¡a un desconocido! Contacté a uno de los redactores del informe, mi tocayo Stuven, y no se molestó en buscar entre sus archivos. (Pasa el tiempo, uno pierde unos intereses, y gana otros.)

Al antecesor de este sitio que tú, lector, hoy lees, decidí cerrarlo hace cincos años, pues un vínculo a él era indebidamente publicado. Le cambié de nombre, y lo saqué de los buscadores. Ese mismo día, me asombré al ver que el descartado nombre anterior tenía un nuevo dueño. Pues esto mismo pasa con los sitios que pierden el nombre, hay empresas que se adueñan, probablemente de manera automática, de esos nombres. Una práctica maligna.

La primera pérdida que me dolió, hacen más de diez años, fue la del cuaderno de la Blond bitch, una empleada de supermercado en una ciudad del este de Estados Unidos, a la que leía más de una vez por semana, aprendiendo de ella, y coincidiendo en muchos de sus humores y opiniones.

También sacó de la red Internet gran parte de su material, hace diez años, la Crazy biker chick, a tiempo de casarse y dejar, al menos parcialmente, la bicicleta.

Andrea Casalotti, empleado de una tienda de bicicletas en Londres, que posteaba, a cuenta de sus patrones, en Velorution,biz, no guarda archivo visible de sus, en ocasiones, interesantes, necesarias opiniones.

También la semana pasada, el correo Yahoo no me dejó entrar, durante un día entero. Es que me niego a vincular mi cuenta a un número de teléfono. Al día siguiente, pude entrar. Mucho perdería si perdiera ese archivo que para mí es mi cuenta de correo en Yahoo. Trataré de sacar lo allí almacenado y ponerlo en otro soporte. Pero la flojera...

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