Tres pinchazos
Las tres pinchaduras, dos en la delantera, una en la trasera, eran pequeñas, mínimas. De ninguna de ellas hallé el objeto punzante; las llantas los recibieron, les dejaron pinchar las cámaras, y los soltaron. Ocurrieron yendo por camino rural, con barro, luego de una noche de lluvia. Mis llantas están pajlas, con la huella gastada. Para remendar, corté parches pequeños, como parchador experimentado que soy.
Un mes después, llantas nuevas. El maestro Claudio me vendió y instaló en la bicicleta llantas chinas de las buenas, que parecen nuevas. La trasera, chalinga. La delantera, con la goma más externa resecándose, pero por dentro, "que es donde importa" (Claudio), bien.
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