Pancho, la higuera muerta y los motores restaurados
En el patio de la casa de Pancho, lo reprendo una vez más, con fuerza pero con respeto, por haber bajado a la higuera que tantos higos dulces me regaló en los últimos dos años. Dice que los árboles, como otras cosas, tienen un tiempo de vida, que la higuera esa era vieja. Levanto un trozo del tronco principal y se lo muestro; sin palabras, le digo que la higuera estaba sana. (Qué lindo es el color de esa madera que se seca, blanco con un muy ligero matiz amarillo; y es madera dura y pesada.) Habla de renovación. Le digo que lo que hizo fue como si el Pancho viejo de hoy renegara del Pancho joven de ayer que seguro disfrutó de
ese árbol (que debe haber tenido más de treinta años, quizá más de cuarenta). Ahora le sale el motivo verdadero : dice que sacó el árbol de su patio porque era sucio, en tiempo de frutecer, ensuciaba el suelo. Sí, esa higuera era prolífica, y eso la condenó. En este tiempo del cemento en Cochabamba y en las casas cochabambinas, los árboles, para ser respetados, deben precisar poco cuidado y ajustarse a, entre otros caprichos, el extremismo de la "limpieza". Vuelve Pancho a hablar de que cuando las cosas no sirven, hay que deshacerse de ellas. (No me sale decirle que un árbol no es una cosa cualquiera sino un ser vivo.) Pone el ejemplo de una bicicleta que él tiene, con un desperfecto inhabilitante. Hago que me muestre esa bici, lo que aparta la conversación del tema de la higuera; al final, regateamos el precio de la bici...
Pancho tiene más de sesenta años y está en buena forma. Dice que la bicicleta es de lo mejor que hay en la vida. Maneja bici seguido. Da gusto verlo en chor (pantalón corto) y polera al final de la tarde en pleno invierno.
También es mecánico de motores. Hace unos meses, el amplio umbral de su casa estaba ocupado por hasta ocho motores de carros, que extrajo de carros chocados importados, esos pedazos serruchados de carros que ahora llegan acá -- cuya visión es inquietante, por decir lo menos, y puede ser angustiante : esos carros fueron chocados, derrepente alguien murió en alguno de ellos, y luego una enorme sierra les quitó la porción desechable, dejando la porción reciclable. Cuánta violencia, antes, durante, después. Pancho ya puso a punto esos motores y recuperó su inversión.
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