domingo, 25 de septiembre de 2016

Estrechez

A dos palmas de distancia de la trompa de carro, el muchacho toca con la mano la pared de ladrillo, su cuerpo delante del carro, inclinado hacia la pared, su cabeza torcida toca la pared sin revocar, estima la distancia entre la lata lateral y la pared, unos mínimos centímetros, raspando ya, le dice al que maneja: Dale. El hombre dentro del carro acciona, acelera, mueve la masa de metal, muy despacio. En unos minutos el carro estará afuera, en la avenida. Es estrecho este garaje. Un ciclista pasa, se detiene a mirar, y se va.

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