Maldad de los sionistas
Hay veces en que leo los comentarios de sionistas contra palestinos en Twitter. Casi todos los sionistas en Twitter son anónimos; los nombres de muchos son chistes macabros o directamente horrendos, diseñados para atemorizar. Los sionistas no comentan los posts de palestinos sobre intentos de rehabilitar las escuelas en Gaza, o sobre reprovisión de agua, o rescates de heridos o muertos de debajo de escombros derrumbados por bombas israelíes, o tratamientos y recuperación de niños gazagüis amputados. Tampoco abren la boca los sionistas ante las denuncias de campesinos palestinos y sus aliados activistas israelíes de ataques de colonos israelíes en Cisjordania, con amenazas, abusos, golpes, lesiones, avasallamiento de tierras, matanza de ovejas, robo de agua o su envenenamiento, todo esto con la protección militar y / o policial israelí ( https://x.com/masafering/status/1903844129370522078 ). Menos aun los sionistas van a aparecer cerca de los lugares donde se documenta la maldad de los soldados israelíes contra civiles palestinos, exhibida en internet por esos mismos soldados: ejecuciones, explosiones, demoliciones, robos, abusos, torturas, sevicias.
Los sionistas escogen comentar a autores políticamente claros, como Susan Abulhawa (escribió la novela "Las mañanas en Yenín", que estoy leyendo; el año pasado entró clandestina a Gaza dos veces, para entregar ayuda y para dar talleres a escritores jóvenes) o Mosab Abu Toha (el poeta de "Cosas escondidas tras de mi oreja", que ya leeré), que postea a diario informes de la matanza israelí de sus parientes y vecinos de Gaza, junto a llamados para que nosotros dejemos de mirar de palco el genocidio y hagamos algo para frenarlo, o Sarah Wilkinson, activista británica, ya apresada en su país por defender a los palestinos, que postea muy seguido con noticias del genocidio.
¿Qué cosas dicen los sionistas anónimos en Twitter, en respuesta a los palestinos desolados?
La mayoría repiten: "devuelvan a los rehenes", sin reconocer que los restantes 50 y pico cautivos israelíes en Gaza son militares tomados en combate y por tanto, son prisioneros de guerra y no rehenes, mientras que la inmensa mayoría de los más de diez mil palestinos secuestrados por Israel sí que son rehenes porque fueron tomados y son retenidos ilegalmente, en sus casas o en la calle, y se los tortura, hambrea y mata; y sin reconocer que Israel, en lugar de bombardear Gaza, matando en ocasiones a cautivos israelíes, y en lugar de bloquear la entrada a Gaza de agua, alimentos y medicinas, hambreando allí, además de a los gazagüis, a los cautivos israelíes, puede respetar el acuerdo redactado en líneas generales por el propio Israel y firmado por ellos el 19 de enero pasado y recuperar pacíficamente a sus cautivos: basta que deje de disparar, se retire de Gaza y acepte acabar la guerra.
Hay sionistas que insultan, amenazan; algunos amenazan a los escritores palestinos con perseguirlos o peor, otros amenazan a los gazagüis y cisjordanos con lo mismo con que políticos y militares israelíes los amenazan, expulsión y muerte.
Hay sionistas que acusan a los palestinos de mentir, de falsificar escenas y filmarlas, de publicar videos falsos.
Otros sionistas repiten mentiras, como la de los 40 bebés israelíes decapitados el 7 de octubre o las violaciones sistemáticas de mujeres israelies por combatientes palestinos en ese día (sin reconocer las muchas verificadas violaciones por soldados y policías israelíes de mujeres y hombres palestinos cautivos, violaciones reconocidas en público por los propios violadores, y defendidas por políticos israelíes).
Otros sionistas se regocijan del dolor palestino, festejan la muerte en masa de los gazagüis.
Otros sionistas hablan del "culto islámico de la muerte" que hace que los palestinos den la bienvenida a la muerte en nombre de su patria, en combate o masacrados a mansalva. Nuestra atmósfera cultural o aun civilizacional, que es hedonista (hacemos cualquier cosa por nuestro placer personal) y derrotista (entregamos nuestra seguridad al asaltante, nuestros ahorros al ladrón banquero) nos impide reconocer nuestra abyección y cobardía, y la dignidad y coraje de los palestinos. Por lo demás, hay que estar ciego para decir que un padre o una madre entregan sin patalear a su hijo a la máquina israelí de matar en masa, o que un hijo no llora a su padre o madre matados sin compasión sólo por ser palestinos. Los agentes, los actores responsables de la matanza son los israelíes, son ellos los cultores de la muerte; para los palestinos, los israelíes son, literalmente, la muerte. Que los autores del crimen acusen a la víctima, es una inversión moral: eso es Israel, el revés del bien = Israel es el mal. Por su parte, como dice el poema: los palestinos enseñan lo que es la vida.
Todo este pozo de maldad humana me recuerda el tiempo en que, saliendo de ser niño y comenzando a ser joven, guiado por la posición política justa de mis padres, aprendí a oponerme a la truculencia, el desparpajo de los banzeristas defensores de los crímenes masivos de la dictadura militar. Aquellos defensores de las masacres de inocentes son continuados hoy por los pititas y por los mileístas, los bukelistas, trumpistas, pinochetistas y los gusanos cubanos y venezolanos.
Apartémonos del error, llamemos al mal, al asesinato político en masa por su nombre, combatámoslo.
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