El maestro Víctor
El maestro Víctor (o Martín, como hasta hoy creí que se llamaba) se fue en bici a almorzar, dejando a otro setentón como él al cuidado de su taller de bicicletas. Mientras no está, el maestro nos presta, gratis, sus herramientas a dos ciclistas para que arregle cada cual su bici.
Las gomas de mi bici se mojaron en los charcos de la calle Santa Cruz del centro-norte de Quilla, y la cubierta trasera burbujea en varios puntos, me muestra el otro ciclista cliente de don Víctor. Al parchar, son dos fugas, y un solo pedazo de alambre que retiro de la cubierta vieja que reemplazaré por una nueva. El otro ciclista corta con una sierra un perno de sus frenos, pero, al no hallar un perno igual entre las existencias del taller, no logra arreglarlos. Llega de vuelta el maestro, y me hace el favor de colocar de nuevo en las pinzas de su horquilla la rueda trasera de mi bici.
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