viernes, 21 de marzo de 2025

Deshumanizar a los de abajo

Una amiga querida se sorprendió al leer los letreros puestos en los varios cuartos de una casa por la dueña de esa casa, para que los leyeran y obedecieran las criadas o empleadas. No voy a reproducir aquí los contenidos de esos letreros, que a mí me dolieron, pero eran del tenor: "eres mi sierva, vas a hacer lo que te ordeno, te desprecio, estás en esta casa para servirme, no para aprovechar ninguna ventaja que ella reserva únicamente para mí, no toques mis cosas con tus manos sucias, apúrate, cumple tu horario".

No se lo habría creído si no hubiera visto yo mismo letreros parecidos en mi lugar de trabajo, una escuela convertida en depósito de mercaderías, letreros, en este caso, de tenor respetuoso, pero puntillosos en extremo, urgiendo limpieza y vigilancia, detallando plazos y multas, y si no hubiera conocido y tratado a la autora de los letreros, la dueña del depósito.

Los manuales de funciones de las empresas y organizaciones suelen tener contenidos parecidos: qué hacer, cómo hacerlo, cuándo, dónde... Paso a paso, como para sonsos algoritmizados. Los y las kárenes al ataque: las dueñas de casa, las patronas de las empleadas domésticas.

Así son los israelíes. Privilegio. Desprecio. Exclusión. Insulto. Denuncia. Castigo. Doble rasero, una medida para los jefes, ancha, y otra, estrecha, para los subordinados. Policía, amenazas, represión. Injusticia, abuso, cárcel, golpes.

Hay un israelí escondido en cada uno de nosotros. Desde el momento en que nos ponemos en el lugar del patrón, del dueño, y tratamos a los demás como si fueran menos o nada, nos hemos vuelto israelíes. Combatir contra la karen interior.

https://x.com/translatingpal/status/1903112611215917148

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