Cosas de ciclistas en este valle
Él me da un queque, yo le doy una naranja. No quiere duraznos, pese a que le muestro una gota de savia supurada brillando sobre la piel de uno. La naranja, le digo, la coseché en la calle, en Sarcobamba, calle Aguayo, media cuadra al este de la avenida Medinaceli; y los duraznos son de un arbolito sufrido pero rendidor que está en la Yarqay plazuela o plz. Osorio. Me dice que en Cala Cala, en el parque que da inicio al lado este del pq. Lincoln, o cerca, hay dos árboles con mangos. No le digo, porque veo que no le interesa tanto, que hay otro en una de las calles que radia de la plaza Constitución, ante una empresa de software, pero los mangos, que madurarán en un mes, están muy arriba. Tampoco, que hay otro mango, muy cargado de frutos alcanzables, para fines de enero, a media cuadra al oeste del parque Riosinho, pasando de Villa Galindo al sur de la avenida BG. Me cuenta que en una de las calles que van de este a oeste, abajo de la circunvalación, al poniente de Semapa, en una sola cuadra, hay al alcance de la mano paltos maduros y mandarinas pequeñas, a las que les falta madurar.
Tiene su bicicleta guardada.
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