Me chocó alguien que caminaba
Por la Heroínas, con los autos detenidos ante semáforo rojo, yo llegaba lento a la esquina del Correo, cuando vi que venía hacia mí una muchacha, corriendo y con la cabeza girada al lado de donde no se le acercaría nada. Esperé que volcara la cabeza para verme. Bajé mi velocidad. A ella nunca se le ocurrió mirar el corredor por donde yo llegué hasta ella, muy lento, ya parando. Pero ella siguió y me golpeó la rueda delantera de la bicicleta, raspándome la canilla. Ella sufrió más : se agarró con las dos manos del suelo. Al levantarse, ante mi decirle "sonsa, al caminar tienes que ver la calle", ella insistió en que yo debía ir por la derecha. Así que yo no me dejé y le repetí lo antes dicho. Ella no se dejó y por tercera vez me dijo que mi lugar es la derecha. Una sonsera de ese tamaño no es para tomarse en cuenta.
Hace trece años me chocó, en el mismo lugar, y igual conmigo y con los autos parados, un muchacho que corría. Esa vez, aunque sea difícil de creer, el golpe duro del tipo -- que escapó, siguió corriendo -- dañó algo de la rueda delantera, y hubo gasto.
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