El teléfono portátil. La expropiación del habla
Son dos hombres, un joven y un viejo en la puerta de la tienda. Ambos agachan sus cabezas, atentos a sus manos que recuentan los cartoncitos de pago anticipado por llamadas de teléfono, fichas que acaban de comprar al por mayor para luego revender a quienes las usarán para hablar por teléfono.
...
pagar para hablar, si no pagas no hablas o más no puedes hablar
postergar, o olvidar, o hasta negar a la persona que está al lado, cerrarle las orejas, a favor del que está lejos, por consideración de su interés para mí
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