Me canso
Hoy al cruzar la costanera exterior (avenida que sigue por afuera el curso del río Rocha) llevando la bicicleta de la mano, o sea, sin montarla, a pie, tuve que gritarle a un motorista que amenazó con golpearme con su auto, acercándose mucho a mí. Esto, que los que manejan me faltan el respeto a mí, ciclista, acercándose demasiado a mí con sus carros, ocurre hoy más que en los años pasados. Imagino que, habiendo hoy más vías rodables, habiendo hoy más carros en las vías, habiéndose hoy sumado más años de impunidad motorista (ellos no pagan, nadie los castiga por los diarios, permanentes incidentes de amenaza, colisión, lesión, muerte que causan a peatones, ciclistas y a otros motoristas), ellos se sienten motivados a seguir abusando, sin disimulo, a seguir amenazando, a seguir usando sus carros como armas de acoso y ataque contra la gente de a pie o en bicicleta o en otros autos. Imagino que la conducta abusiva, agresiva de unos refuerza el paso al abuso y la agresión en la conducta de otros, es decir, que se estimulan mutuamente para elevar el nivel de su irrespeto.
Es difícil estar en las calles en bicicleta hoy. A veces voy muy despacio -- es también que voy envejeciendo --, son más y más los días en que elijo vías secundarias, eludiendo las avenidas. A veces quisiera no manejar bicicleta en esta ciudad. Me canso del peligro, de la falta de respeto de los motoristas, del humo, del ruido, de la insoportable visión de la sola velocidad en las calles, me canso de las calles vacías de gente, entregadas a los motores calientes, feos, malos.
Pero es que sin bicicleta yo no soy yo. Además ¿en qué iría? No subiría yo a un auto, excepto en caso de extrema necesidad. Y no me gusta caminar mucho, soy flojo.
La semana pasada, yendo por la Cancha, me acerco a la ventanilla de la mujer que manejaba un auto y le digo que no creo que esté siendo suficientemente atenta al moverse. "¿Lo dice porque pasé cerca de usted?", pregunta, y se responde: "Pero lo estaba viendo. No se preocupe". Yo lo decía por eso, sí, no me había gustado su cercanía. Pero esperé, sin decirle nada. Ella siguió: "¿O por la bolsa de basura que pisé?" Eso yo no lo había visto. Con este informe muestro que esa persona, consciente de lo que había cerca de su carro o debajo de él, se sentía en control de la situación, pero, según yo, no lo estaba. Me parece un ejemplo de hasta qué punto están fuera de lugar, fuera de sí los motoristas aquí en Cochabamba, en estos días.
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