Aguaitadores de noche
Faltándome no mucho para llegar de vuelta adonde vivo (tan cómodo sitio que, sin serlo técnicamente, lo llamo casa), la bici pidió que la atienda, y tuve que repetir la atención varias veces. Era bien tarde, pero los autos no amainaban su dañar este valle. Con la bici volcada, hurgándole la cadena: a mi lado pasa un carro, dos carros, más tontos, y siguen pasando, no sueltan estos, no dejan de raer el valle. Fue anoche, último día de la fiesta de Difuntos/Todos Santos: gente volvía a pie de los campos santos, algunos, en grupos, entonados, caminando no siempre predecibles. Algunos del montón de encarrados se movían, como en otras noches, muy lento... es su barrio o uno contiguo... pasean, lo reconocen, vigilan, controlan... No soporto a los aguaitadores encarrados: dentro de sus tinglados, emboscados en ellos, chequeando, reconociendo a los propios del barrio de los ajenos, con todas las ventajas materiales ante peatones y ciclistas, atenidos a su peligrosidad... disminuyen aun más su velo... No importa que talvez lo que en realidad estén haciendo sea whatsappear. ¿Acaso puedo ver lo que hacen ahí parapetados tras sus latas?
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio