miércoles, 13 de abril de 2022

Luz amarilla que no alumbra bien

Hace algo más de quince años empezaron a poner luminarias en las vías que dan una luz amarillenta que a los ojos de ciclistas difuminan los contornos, quitan relieve a los bordes de un hueco, borrando los perfiles de las piedras. Perjudica al caminar de noche de los ciclistas (y de los peatones). Supongo que a los motoristas, que suman a esa luz la de sus faros, no les afecta, o más bien, puedo suponer que esa luz está diseñada para eso: ser un componente (brumoso) de la ayuda visual nocturna de los motoristas, y el otro componente (penetrante) es la luz de sus faros. Está en la mayor parte de las calles (y hay plazas y parques alumbrados así, lo que casi que impide leer cosas impresas en papel, como libros, pero no las pantallas luminosas de los teléfonos móviles), pero hay lugares donde, por contraste, también desde hace unos quince años, empezaron a poner luminarias de luz muy blanca, diseñada, supongo, para visibilizar a los aproximantes a los ojos de vigilantes humanos y mecánicos. Ay, la propiedad privada (además de insensata) tan impropia por dañina.

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