Una de Granada y una de Cochabamba
Después de Londres y antes de volver a América (Latinoamérica, para los que creen erróneamente que América es el nombre de un país) viví dos años en Granada, Andalucía, España, Europa, planeta Tierra. Granada tiene algunas características en común con Cochabamba. Las dos son ciudades relativamente pequeñas, relativamente planas, ideales para andar en bicicleta, rodeadas de cerros y zonas agrícolas agradables para pasear, con una universidad importante, lo que les da un alto porcentaje (también relativo) de estudiantes. En las dos ciudades hay chirimoyas y muchas calles de piedra. Granada tiene un barrio construido sobre un cerro, el Albaicín, que se levanta frente a la Alhambra, palacio árabe construido hace cientos de años. Nosotros tenemos Alto Cochabamba y Cerro Verde que se levantan frente a la laguna Alalay. Casi parecido.
Cuando llegué a Granada se acababa de realizar la primera masa crítica de la historia de la ciudad. Participé en la segunda, y en todas las demás por los dos años siguientes. Según me contaron, en la primera eran seis ciclistas. En la segunda, donde estuve yo, eramos ocho, y conseguimos convencer a dos adolescentes que estaban paseando por la plaza, lo que nos llevó a un número de diez. Por los primeros cinco o seis meses fuimos creciendo gradualmente hasta estabilizarnos en unos 40, de los cuales alrededor de la mitad éramos habitués. La metodología era similar a la descripta en la masa londinense: un lugar y día fijo, el último o primer viernes de cada mes (no recuerdo exactamente), y salir a pedalear por distintos barrios.
Luego de cuatro o cinco masas, surgió la idea de comenzar a reunirnos para hablar de temas relacionados con el tráfico, transporte, etc. En la universidad hay un lugar comunal de estudio con mesas y sillas que está prácticamente vacío los viernes. Entonces los viernes de masa íbamos a la masa, y los demás viernes nos reuníamos ahí. A las pocas reuniones formamos un grupo llamado Granada Vía Verde con un blog y actividades que se nos ocurrían. Por ejemplo, una vez el alcalde hizo declaraciones diciendo que 'en Granada no hay ciclistas'; entonces organizamos un paseo por la ciudad disfrazados con sábanas y cadenas, diciendo que éramos los 'ciclistas fantasma de Granada', y otras tonterías por el estilo.
La mejor idea que tuvimos en Granada Vía Verde fue hacer un taller semanal gratuito de bicicletas en una plaza céntrica, donde teníamos algunas herramientas especializadas y varias herramientas genéricas para hacer reparaciones y ajustes. También teníamos algún conocimiento fragmentario de los mecanismos básicos de las distintas partes de la bici, y los compartíamos entre nosotros. Siempre vienen bien para salir de un apuro.
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En Cochabamba, aunque hay bastantes ciclistas auténticos (de los que usan la bici como medio de transporte, no de los que manejan auto toda la semana y salen a pasear en bici los domingos), hace falta recuperar la cultura y orgullo ciclista que, según me contaron, existieron alguna vez en la ciudad.
Como un paso (o una vuelta de pedal) en esta dirección, este sábado comenzará a hacerse un taller gratuito de bicicletas en la plaza San Sebastián (también conocida como plaza Esteban Arze, al pie de la Colina San Sebastián) todos los sábados a la mañana. Se cobrarán los parches (muy poco) para reponer el material, pero no el uso de las herramientas, incluido inflador ("el aire es gratis" como dice uno de los colegas).
También nos gustaría comenzar a hacer paseos en bicicleta los domingos a distintos lugares de los alrededores, como a la Angostura, la Maika, Tiquipaya, etc. Lugares fáciles a ritmo tranquilo. Pasen a charlar algún sábado y ajustamos los detalles.
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