Ruy sin barbijo
Mi amigo Ruy me dijo al encontrarnos luego de un año y medio y más sin vernos que en ese tiempo nunca usó barbijo. Con orgullo, defendió este su acto. Por su ocupación y por hábito, Ruy, que se acerca a los sesenta años de edad, es móvil, inquieto, caminador. A cuántas personas impertinentes, reguladores entrometidos que le deben de haber exigido usar bozal habrá tenido que soportar. Su perro Osho, ya maduro, pudo tener que interponerse entre alguna cochabambina insistencia barbijil y el flaco Ruy. De otro tema: el chascoso Osho es un as sobre la calzada, en medio de los carros.
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