El chofer del trufi que usé hoy
Hoy en la mañana, de venida a la ciudad en el trufi, me tocó un chofer nervioso, indeciso en ocasiones en medio del tráfico. No fue agradable ser su pasajero, ahí sentado y con algún temor.
Dos días después. Me tocó un chofer de trufi que, agarrando el volante con rigidez, le daba jalones que no era agradable sentir cada vez en la cintura al quebrársete ella, con el apenas pequeño síncope repetido de su ritmo por romperse. Los choferes de movilidades, tan diferentes ellos en sus modos como entre nosotros lo somos los ciclistas.
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