Dueño de la Tadeo
Está cerca recién lo siento cuando está muy cerca de mí cuando se me va llegando y me ladra pero lo evito le hago el quite maniobro una finta en la ancha vacía avenida Tadeo que recorro en esta tarde de domingo. Desde allá adelante miro atrás y él, peludo, gris y blanco y negro, maduro, de tamaño medio, muy serio, se tira al asfalto, y se revuelca, se empapa entero del olor del asfalto. Viene un carro, que lo rodea, lo deja refocilarse, ahí, solo, dueño de la calle el perro ch'api de la Tadeo.
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