jueves, 4 de septiembre de 2014

Me gusta ir en bici (qué novedad)

Recogiéndome anoche... digo, volviendo a casa, siento, vivo otra vez : la bicicleta... ay, qué rico es ir en bici. Era tarde, casi medianoche, y iba con una sola bicicleta. ¡ Toda la semana anterior había tenido que arrastrar una segunda bici !, lo que entorpecía el trayecto. A ver. Llevar una bicicleta inerte al costado de la biqui viva que manejas da aun mayor estabilidad a la marcha, yendo ahora sobre cuatro ruedas en vez de sobre dos. Pero las maniobras debes hacerlas con mayor cuidado, lo que equivale a lentitud. Además, los tramos finales de mi viaje son de subida, es cierto que leve, pero subida al fin. Más todavía, acaban de poner rompemuelles en algunas de las esquinas, así que, precaución, lento, para que cada bici pase sin saltar, que pase por entre los resquicios que deja el estorbo. Y yo, con ganas de tirarme en cama ya. Entonces, anoche, otra vez normal, más o menos rápido, con sola la bici mía.

Pero hoy en la mañana, demasiado temprano, para cumplir con un compromiso, salgo disparado, y a las pocas cuadras, oigo... sí, oigo cómo el aire de la trasera se escapa en el curso de unos pocos metros. Bajo, saco las herramientas, descargo a la biqui, la vuelco, desenllanto, reviso la cubierta por fuera, por dentro... nada. Inflo la cámara, reviso pasando la palma de una mano por ella, de la parte de afuera, de la parte de adentro... nada. Reviso con la oreja. Nada. Qué habrá sido. Porque repuse la cámara en su lugar, inflé, y nada ; y aquí estoy, ahora que es mediodía, con la llanta normal. Lo único que se me ocurre es que la contratuerca o tapa de la válvula estaba floja (anoche, con Antonio, inflamos esa llanta) y se soltó del todo, y eso dejó salir el aire.

Ahora, en la tarde. ¡ Cómo una semana de no tener a la biqui para mí solo, de deber compartirla con la otra bicicleta, la bi vacía que, agarrada por mi diestra, llevaba al lado, me hicieron olvidar el gusto de ir, como hoy al mediodía, a eso de la una, de ida a almorzar, por en medio de la calle, casi solo, calle casi vacía, como si fuera -- no lo soy, pero cuál es el problema de inventar que lo soy, y pensar en lo que implicaría serlo, solo para saber lo que implica el no serlo, no siéndolo -- el dueño de la calle !

Dos días después. Hoy la trasera amaneció flat. Esquirla de vidrio incrustada en la cubierta, que está del todo destrillada. ( Y creo que es tarde para intercanjearla con la delantera ; la delantera se quedará donde está, y atrás deberé poner una nueva llanta ; son entre cincuentaicinco y sesenta pesos, pues también habrá que renovar cámara. ) Luego de parchar -- dos huecos, pues al salirse el aire, la cubierta recorrió y el vidrio hizo otro hueco cerca del primero -- inflé todo lo que pude con el inflador de mano que tengo ; y a media cuadra de casa, en la maestranza de carros, me dieron aire gratis, con una pistola que lo introdujo desde la compresora eléctrica.

A la otra bicicleta de que aquí hablo, la que tuve que jalar tantos días, le tengo unas ganas... Es rica : roja montañera esbelta. Pide un ajuste de caja. Es ágil, liviana, como para ir ya veré dónde. Un día de estos me la agarro y no la suelto un tiempo. Tengan cuidado, wawas.

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