sábado, 21 de diciembre de 2013

Como cuando (2)

Como cuando, con dos meses de retraso, y justo cuando lo estoy oyendo cantar a través de unos audífonos, me entero, por unas letras, descansa en paz, iniciales en la pantalla, que Lou murió. No está más, se fue, y sé que hoy, un día más, en la noche de hoy, beberé solo. Compraré alcohol, lo mezclaré con una poca de agua, y lo iré tomando de a sorbos, en unas dos horas, solo, hasta que se acabe, y entonces, un poco entonado, solo, recordaré las mismas cosas que siempre recuerdo. Fracasos. Música. Letras de música y letras de fracasos. Las músicas de otros, los fracasos míos. La cara de una mujer, sus ojos (y sus pies, tan largos, y delgados los dedos de sus pies, tan largos, y el dedo gordo de los pies, los dos dedos gordos, tan gruesitos).

Muere la gente. Hace una semana fue Lucas, mi amigo. Murió Lucas. Hoy sé que Lou también murió Lou Reed, descansa, si es que puedes.

Vivo yo. Vivo de recuerdos. Hasta lo que está aquí al lado, hasta esto, lo hago para recordarlo dentro de un rato. Hasta a la que está cerca, alcanzable, aquí al lado, la tengo para recordarla, sus pies, dizqué.

Una semana después. Lucas no está muerto: lo vi, hablamos; está mal, enfermo, pero vive. No me agradan noticias como la de su muerte ; debo volver a filtrarlas, dudar de ellas de entrada, confirmarlas antes de trasmitirlas.

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