Vergüenza
Salgo a la calle. Gente espera trufi al frente, dos de ellas, mujeres. Por vergüenza, no deaguo en el rincón que hay a la derecha. Pero veo otro lugar, practicable, a la izquierda: es el intersticio entre la casa esta donde está la sala de internet y la casa siguiente, de pared circular, espacio ocupado por una planta de flores de color rosado oscuro, flores cerradas. Mojo la planta, a cubierto de la curiosidad ajena. Es la calle Santa Cruz, ocho cuadras al norte de la avenida Blanco Galindo, en Quillacollo.
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