El ciclista (13)
Es moreno el ciclista, de unos treinta años, media cabeza más bajo que yo y hasta el doble de fuerte. Agachado ante su bicicleta tamaño 29 pulgadas en el aro, hace el intento de apretar la tuerca que cierra la unión del pedal con el centro de su máquina; usa una llave de copa de medida inmediatamente mayor que la que necesita, así que sabe que no logrará llegar al ajuste necesario. Nos preguntamos él y yo dónde puede ir para prestarse la llave que precisa; hay una tornería donde talvez tengan esa llave, a unas quince cuadras al sur; no recuerda ninguno de los dos otro lugar. Tendrá que bajar hasta la carretera o avenida BG-Albina Patiño, a veinticinco cuadras, y teme soltará el pedal a medio camino.
Supongo que el uso de perno-tuerca que pide llave copa tiene, en el diseño, una buena intención técnica de eficiencia, o qué sé yo, pero como en algunos de los casos de buenas intenciones, el resultado, en determinadas situaciones, puede ser contraproducente. En este caso, el ciclista quillacolleño no tiene bicicleta útil hasta hallar una rara, escasa llave copa. Con los perno-tuerca de cabeza hexagonal que usan las llaves comunes, de uso extenso, podría hasta animarse a tocar la puerta del vecino más cercano, que talvez la tuviera y quizás se la prestara. Si la intención de los ingenieros diseñadores de su bici no fue convertir al ciclista en dependiente inútil, el resultado fue ese.
En un día de esta semana en Jayata, donde Ilataco que es de Quillacollo, linda con Ch'ulla que es de Vinto, el ciclista moreno sudaba al sol junto a su bi.
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